Alemania busca la forma de independizarse del gas ruso al tiempo que intenta evitar también los combustibles fósiles para 2035. Por ahora, dejar de comprar gas a Rusia es lo más urgente, por lo que Alemania está aumentando su infraestructura de almacenamiento de gas licuado; una infraestructura que, en el futuro, espera poder utilizar también para albergar hidrógeno verde.
Las nuevas terminales alemanas se preparan para recibir gas natural licuado a -160º C; el desafío técnico es cómo utilizar los mismos depósitos para el hidrógeno, que requiere de un enfriamiento aún mayor: -250ºC. La solución alemana podría pasar por el gas natural licuado sintético, con el que podría conseguirse un circuito cerrado que no liberaría carbono al aire.
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