Álvarez (UGT) reitera que no hay razones objetivas que impidan la subida del SMI y no descarta movilizaciones

Afirma que las negociaciones con Gobierno y patronal “están agotadas”

MADRID, 8 (EUROPA PRESS)

El secretario general de la Unión General de Trabajadores (UGT), Pepe Álvarez, ha insistido este miércoles en que “no hay ninguna razón objetiva” que impida la subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) en 2021 y ha recordado que la petición del sindicato es aplicar un incremento de entre 25 y 30 euros para este año, por lo que no descarta convocar movilizaciones si no hay acuerdo y si la subida es finalmente de menor cuantía.

“Reitero que no hay argumentos sólidos para no subir el SMI en el año 2021. No los hay porque no hay ningún país europeo que tenga SMI que no lo haya subido, y la pandemia ha azotado en todos los países de la UE”, ha señalado Álvarez este miércoles, en un encuentro informativo en el que ha expuesto las prioridades del sindicato para el nuevo curso.

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UGT mantiene su propuesta de subir el SMI en la horquilla de los 25 o 30 euros, a pesar de que la reunión de este lunes entre el Gobierno, la patronal y los sindicatos concluyó sin acuerdo.

Tras ese traspiés, Álvarez consideró que “las negociaciones están agotadas, porque todo el mundo sabe lo que opina todo el mundo”, aunque seguirán trabajando para que la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) firme la subida del SMI.

El sindicalista no descartó que la CEOE, hasta ahora contraria a subir el SMI, apoye la subida en el último momento, “sobre todo por la experiencia de los últimos meses”, y se encuentre un “punto de equilibrio” que, en su opinión, también resultará beneficioso para las empresas.

“Vamos a hacer lo posible para que la CEOE esté en este acuerdo, que debería ser a tres años, de tal manera que genere estabilidad en las empresas. Es muy malo para las empresas acordar los acuerdos a medio año”, expresó Álvarez.

UGT no se conforma con cerrar el acuerdo para 2021, sino que quiere fijar ya los incrementos para el resto de la legislatura y conseguir que en 2023 el SMI se sitúe en el 60% del salario medio español.

Para Álvarez, el hecho de no llegar a un acuerdo tendrá consecuencias “negativas para los empresarios y para el sistema productivo del país” e instó a la patronal a explicar en público los motivos de su oposición, que en su opinión responde a “la coyuntura política”.

El secretario general de UGT también acusó a la CEOE de “sacarse de la manga” propuestas como la aplicación de un SMI por territorios o la creación de un SMI para jóvenes.

“Eso hay que explicarlo. Han ido a la reunión y no se ha explicado en ningún sitio. Es como ir dando palos de ciego, con una única intención: que no se suba el SMI”, aseguró.

MOVILIZACIONES SI NO HAY ACUERDO

El secretario general de UGT mostró su desacuerdo con el Gobierno y planteó la posibilidad de convocar movilizaciones o “plantar” al Ejecutivo en otras mesas de negociación abiertas si no se logra la subida del SMI o si es inferior a lo solicitado por el sindicato.

“A mí se me hace muy difícil tener reuniones cordiales con un Gobierno que no sube el SMI. Yo estoy enfadado, como lo están los trabajadores que no cobran el SMI”, advirtió Álvarez.

UGT reclamó que el incremento del SMI debía haberse acordado antes de septiembre, para poder aplicarlo “de manera inminente” y, sin embargo, arrastra las conversaciones de enero.

Álvarez aclaró al Ejecutivo que el sindicato fue “flexible” durante la pandemia para conseguir acuerdos para el beneficio de los trabajadores, pero le adelantó que en esta nueva etapa van “a ser más exigentes”, como es el caso del SMI.

“Si no hay acuerdo, las movilizaciones van a estar servidas, sin ningún lugar a dudas, y eso tiene efectos negativos sobre el resto de las cuestiones que está negociando el Gobierno”, avisó.

Así, si el aumento es menor de lo solicitado por UGT, el sindicato seguirá presente en las mesas, pero con movilizaciones en las calles para “reparar” el aumento de cara a 2022 y evitar esperar “al último segundo” para que el Gobierno “cuele el SMI de 2022 o el no SMI de 2022, como hicieron el año pasado”.

A pesar de haber dado por “agotadas” las negociaciones, Álvarez propuso “flexibilidad” si se obtiene un acuerdo hasta el fin de la legislatura y el horizonte de subir el SMI hasta el 60% del salario medio.

“Nuestro objetivo son los 1.000 euros el 1 de enero de 2022 y 1.060 euros el 1 de enero 2023. El 2021 tenemos que ver cómo lo acordamos con el Gobierno. Si no hay esa senda, a nosotros que no nos esperen para firmar”, recalcó.

Para la subida del 2021, UGT quiere que se tenga en cuenta “el IPC desbocado” y el alza se coloque en “el entorno del coste de vida de este año”.

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