3I/ATLAS

Aparece otro objeto interestelar "perpendicular" al 3I/ATLAS y un doctor en física lo aclara: "¿Pero esto tiene algún sentido?"

El objeto interestelar

El divulgador científico y doctor en Física Javier Santaolalla ha explicado en sus redes sociales los detalles del hallazgo de un nuevo cuerpo interestelar, detectado en plena observación del cometa 3I/ATLAS, y que ya ha despertado teorías conspirativas en internet.

El descubrimiento ha sido realizado por el astrónomo Guennadi Borisov, conocido por haber identificado en 2019 el objeto 2I/Borisov, el segundo cuerpo interestelar confirmado en la historia. En honor a él, este nuevo hallazgo ha sido provisionalmente bautizado como 4I/Borisov.

Un hallazgo astronómico… y muchas teorías descabelladas

El nuevo objeto habría sido detectado mientras los telescopios de varios observatorios seguían la trayectoria del cometa 3I/ATLAS, un cuerpo natural procedente del espacio interestelar que ya fue noticia por su inusual composición y comportamiento.
Según ha explicado Santaolalla, el 4I/Borisov se mueve en una trayectoria perpendicular respecto a la del cometa ATLAS, algo que ha desatado una oleada de teorías en redes sociales, algunas tan extravagantes como la que sugiere que podría tratarse de una “sonda lanzada” por el propio cometa, en caso de que este fuera una supuesta nave extraterrestre.

Esa teoría no tiene ningún sentido”, ha aclarado Santaolalla, que ha querido frenar la desinformación científica que suele acompañar a este tipo de fenómenos astronómicos.

Una órbita cerrada, no un visitante interestelar

Lejos de cualquier hipótesis de ciencia ficción, el físico español ha explicado que el 4I/Borisov no parece proceder del espacio interestelar, sino que tiene una órbita cerrada alrededor del Sol. Esto significa que su trayectoria está débilmente ligada al Sistema Solar, y que probablemente provenga de la nube de Oort, una región lejana donde se concentran miles de millones de cuerpos helados en los confines del sistema solar.

Seguramente sea un objeto ligado al Sol, no algo enviado por otro cuerpo celeste”, ha explicado Santaolalla, señalando que la relación entre el 4I/Borisov y el 3I/ATLAS es nula, aunque ambos objetos hayan sido observados en el mismo periodo.

La nube de Oort, el origen más probable

La nube de Oort es una gigantesca reserva esférica de cometas que rodea el Sistema Solar a una distancia tan grande que su existencia aún no ha sido confirmada directamente. Muchos de los cometas que observamos en el cielo proceden de allí, impulsados hacia el interior del sistema por perturbaciones gravitatorias.

Según los datos iniciales, el comportamiento del nuevo objeto es coherente con ese tipo de cuerpos, lo que descarta cualquier naturaleza artificial o interestelar.

Ciencia frente a la desinformación

Santaolalla, conocido por su labor de divulgación científica y por su forma clara y directa de explicar fenómenos complejos, ha recordado que “la ciencia no necesita adornarse con teorías conspirativas para ser apasionante”.
De hecho, el descubrimiento de 4I/Borisov, junto al seguimiento de 3I/ATLAS, ofrece a los astrónomos una oportunidad única para estudiar los límites del Sistema Solar y entender mejor cómo interactúan los cuerpos que provienen de regiones tan distantes como la nube de Oort.

Mientras algunos ven señales de civilizaciones avanzadas en cada nuevo hallazgo, los científicos insisten en que lo verdaderamente fascinante está en descifrar los misterios del cosmos con datos, observaciones y rigor.
Y como ha recordado Santaolalla, “la realidad del universo siempre supera a la ficción… pero con pruebas.”