Mercados en tensión internacional

Bolsa europea arranca al alza mientras Trump aterriza en Israel: ¿un punto de inflexión para los mercados?

EPA/ARMANDO BABANI
Las grandes plazas bursátiles de Europa abrieron la sesión con ganancias moderadas este lunes, impulsadas por el optimismo despertado tras el acuerdo de alto el fuego entre Israel y Hamás, cuya primera fase ya está en marcha. Al mismo tiempo, el aterrizaje de Donald Trump en Jerusalén, con encuentros previstos con familias de rehenes y un discurso ante la Knesset, añade una dimensión geopolítica vigorosa al panorama financiero global.

Las bolsas europeas respiraron un aire de cauteloso optimismo durante la apertura: el DAX subió un 0,56 %, el Euro Stoxx 50 repuntó un 0,68 % y el CAC 40 arrancó con un alza del 0,62 %. Entre los valores destacados, Continental escaló un 1,20 % en la apertura, ASML ganó un 2,22 % y Legrand subió un 2,24 %. En el Reino Unido, el FTSE 100 empezó con un avance modesto del 0,19 %, mientras Fresnillo sorprendía con un salto del 4,42 %.

Este movimiento responde a una combinación de factores: la expectativa de menor riesgo geopolítico tras el acuerdo de cese del fuego entre Israel y Hamás y la llegada de Donald Trump a Israel con una agenda diplomática que busca consolidar el acuerdo. Además, los mercados se toparon con cifras iniciales de tranquilidad en los tipos de cambio: al inicio de la jornada, el euro y la libra se mantuvieron estables frente al dólar, cotizando a 1,16139 y 1,33491 respectivamente.

El acuerdo de alto el fuego contempla la liberación escalonada de rehenes y prisioneros, la retirada parcial de fuerzas israelíes y el aumento de ayuda humanitaria, lo que ha sido recibido con alivio por los inversores. Reducir la prima de riesgo en Oriente Medio fortalece las expectativas en activos cíclicos y disminuye la cautela generalizada. En paralelo, los precios del crudo bajaron ligeramente, pues el riesgo de escalada regional retrocede ante una tregua bienvenida.

Israel también experimentó una fuerte recuperación en sus mercados: el shekel se apreció frente al dólar y al euro, y los principales índices bursátiles del país alcanzaron nuevos máximos, impulsados por la confianza en una mayor estabilidad.

La figura de Donald Trump adquiere protagonismo estratégico. Al aterrizar en Israel, su objetivo será encontrarse con familias de rehenes y luego dirigirse al parlamento para reforzar su plan de paz. Su plan de veinte puntos, que incluye supervisión internacional de Gaza y reformas institucionales, será clave para determinar el rumbo del proceso diplomático.

Su influencia directa en los mercados procede también de otros frentes: en las últimas jornadas Trump ha amenazado con elevar aranceles masivos sobre productos chinos, lo que provocó fuertes caídas en Europa el pasado viernes. El giro hacia una retórica más conciliadora durante el fin de semana favoreció un rebote inicial en las bolsas europeas.

Los sectores más sensibles a la evolución geopolítica también registraron movimientos destacados. Las empresas de defensa y aeroespaciales comenzaron la jornada con ligeros retrocesos, reflejo de las expectativas de desescalada militar. Las compañías de materias primas y energía, por su parte, registraron caídas moderadas en el precio del petróleo ante la percepción de un menor riesgo de interrupciones de suministro. En cambio, las empresas cíclicas y de consumo discrecional fueron las principales beneficiadas, al reducirse el factor de incertidumbre. Algunos fondos, incluso, comenzaron a incrementar su exposición a Israel, interpretando la tregua como una oportunidad de inversión.

Aun así, los inversores mantienen la cautela. La implementación del acuerdo de alto el fuego es delicada y cualquier incumplimiento podría desatar nuevas tensiones. Ninguna tregua en Oriente Medio disipa por completo los temores comerciales globales ni el impacto potencial de nuevas políticas arancelarias. Además, el proyecto de paz de Trump enfrenta resistencias tanto en Israel como en Hamás, lo que podría retrasar las fases posteriores del proceso.

Por otra parte, Europa deberá vigilar también los movimientos de su propia deuda pública y la reacción de los bancos centrales ante el nuevo entorno. Un cambio en los flujos internacionales de capital podría modificar los riesgos de financiación para algunos países del continente, especialmente en el sur de Europa.