Las bolsas europeas suben a la espera de los PMI mientras Bruselas sella un gran pacto con Indonesia
Europa abrió con tono comprador y sin estridencias. A primera hora, el Euro Stoxx 50 avanzaba en torno a un cuarto de punto, en línea con un STOXX 600 apoyado en utilidades y renovables, con la mirada del mercado puesta en la batería de PMI flash de septiembre que debía confirmar si la actividad sigue por encima del umbral de 50 puntos. La fotografía preliminar en Alemania apuntó a la cuarta lectura seguida en expansión y al mejor ritmo en 16 meses, gracias a servicios, aunque con manufacturas todavía en contracción; un dato que alimenta el relato de crecimiento tibio que manejan las mesas de inversión.
En el Reino Unido, además de los PMI, el Tesoro puso a prueba el apetito por gilts con una subasta programada entre las 9:00 y las 10:00 hora local, una cita relevante en un contexto de curvas aún sensibles a cada guiño de los bancos centrales. Este tipo de colocaciones actúa como termómetro del riesgo y de la prima que exigen los inversores a Londres en vísperas de nuevas referencias macro.
El cruce de divisas acompañó el compás de espera. El euro se movía prácticamente plano frente al dólar alrededor de 1,1795, mientras la libra rondaba 1,3515, con los operadores calibrando las lecturas de actividad y las próximas palabras de Jerome Powell.
Pero la sesión no se jugó solo en los datos. La geopolítica volvió a entrar por la puerta grande del parqué. Francia y un grupo de países europeos —entre ellos Bélgica, Luxemburgo, Malta, Andorra y Mónaco— anunciaron el reconocimiento del Estado de Palestina, un movimiento con implicaciones diplomáticas y económicas que reordena el tablero europeo y que los inversores vigilan por su potencial impacto en primas de riesgo, energía y defensa.
Además, Bruselas cerró con Indonesia un acuerdo comercial largamente negociado que elimina o reduce a cero la mayoría de aranceles. El pacto, un CEPA de amplio alcance, prevé suprimir gravámenes en hasta el 96% de los bienes en un horizonte de cinco años y, según estimaciones oficiales, ahorrará a los exportadores europeos más de 600 millones de euros anuales en derechos de aduana. Más allá del titular, la lectura de mercado es clara: diversificación de cadenas de suministro —minerales críticos incluidos—, impulso a agro y automoción europeos en un sudeste asiático en crecimiento y mayor competencia para sectores intensivos en mano de obra.
Con ese telón de fondo, los índices continentales progresaron en la apertura. El tono fue de consolidación, sin euforia, tras las últimas subidas globales ligadas a tecnología y al reposicionamiento post-Fed. El mensaje que traslada el mercado es de selectividad: utilidades y renovables ofrecieron soporte, mientras parte del hardware de semiconductores acusó advertencias de ingresos. La narrativa encaja con un inversor que, a la espera de los PMI y de nuevas pistas sobre tipos, prefiere acumular exposición de forma gradual.
El resto del día quedaba en manos de los propios PMI de la Eurozona y del Reino Unido y de los discursos de banqueros centrales. Si los indicadores confirman que la actividad aguanta y que la inflación de servicios no repunta, el mercado podría dar una vuelta de tuerca adicional al rally de septiembre. Si, por el contrario, el pulso manufacturero se enfría más de la cuenta o el precio de los servicios sigue tensionado, aumentará la probabilidad de rotaciones sectoriales rápidas y tomas de beneficio. En cualquier caso, el cierre del acuerdo con Yakarta añade un vector de fondo: más comercio, menos aranceles y, potencialmente, mejores márgenes para quien aproveche la ventana.