El enigma del 3I/ATLAS: ¿un cometa o una tecnología extraterrestre?

El enigma del 3I/ATLAS: ¿un cometa o una tecnología extraterrestre?

El objeto interestelar 3I/ATLAS cambia de trayectoria y color, generando especulaciones sobre su naturaleza. Científicos, liderados por Avi Loeb, evalúan si es un cometa excepcional o una tecnología desconocida más caliente que el Sol.

Algo fuera de lo común se desplaza por nuestro sistema solar. El objeto interestelar conocido como 3I/ATLAS no solo ha sorprendido por su procedencia, sino por comportamientos que desafían las explicaciones convencionales. En esta entrevista con Avi Loeb, astrofísico de Harvard, se desvela cómo la ciencia enfrenta este misterio que podría cambiar nuestra visión del cosmos.

Un objeto que se desvía de lo esperado

La semana del 29 de octubre, el Observatorio ALMA en Chile captó una anomalía fascinante: 3I/ATLAS modificó su trayectoria de manera inesperada. Lo común en cometas al acercarse al Sol es perder masa, un proceso que suele causar una ligera desviación debido al lanzamiento de gases y polvo.

En este caso, los cálculos sugieren que el objeto perdió cerca de una sexta parte de su masa total, lo que equivale a unos sorprendentes 5.000 millones de toneladas. Aunque este fenómeno podría explicar la aceleración no gravitacional observada, hay quienes están considerando hipótesis más extraordinarias.

¿Una propulsión desconocida?

Si bien la pérdida de masa es una explicación plausible, Avi Loeb y otros expertos no descartan que un mecanismo de propulsión aún desconocido esté en juego. Suena a ciencia ficción, ¿verdad? Pero la trayectoria apunta a que quizá 3I/ATLAS no sea un simple cuerpo celeste errante.

El misterio del cambio de color

Más allá de la trayectoria, lo que realmente intriga a los astrónomos es el cambio de color que experimenta el 3I/ATLAS. Al acercarse al Sol, su tono se tornó más azul, una excepción a la norma. Normalmente, el polvo expulsado de los cometas provoca una coloración rojiza, resultado de temperaturas más bajas.

¿Qué puede causar este fenómeno? Los expertos plantean dos posibilidades: o el azul proviene de la presencia de monóxido de carbono liberado alrededor del objeto, o—y aquí es donde la cosa se pone interesante—3I/ATLAS podría poseer una fuente de energía o motor que supera en temperatura la superficie solar.

Monóxido de carbono o motor ultrasónico

La detección de monóxido de carbono explicaría el color azul sin necesidad de atribuirlo a algo más extraño. Sin embargo, la idea de un sistema propulsor altamente energético entraña una carga de incertidumbre y fascinación científica equiparable a los grandes misterios del Universo.

Lo que viene: semanas clave para la ciencia

Los próximos días resultan cruciales. Equipos internacionales apuntan a recopilar datos adicionales que permitan, primero, confirmar las causas detrás del cambio orbital y cromático y, segundo, definir si estamos ante un cometa con características excepcionalmente raras o frente a un artefacto con tecnología desconocida.

Sin duda, la combinación de variables —masa, color y movimiento— catapulta al 3I/ATLAS a un lugar privilegiado en la lista de objetos más enigmáticos jamás observados dentro de nuestro sistema solar.