La FED, los aranceles y la inteligencia artificial: un nuevo capítulo en la reconfiguración del mercado
Henry Smith, vicepresidente de Alliance Bernstein, analiza cómo la estabilidad económica, los aranceles en EE. UU. y el avance de la inteligencia artificial configuran el rumbo del mercado global en un contexto marcado por la incertidumbre política y los cambios tecnológicos.
En un escenario económico que parece ganar firmeza tras meses de turbulencias, Henry Smith, vicepresidente y estratega de inversiones en Alliance Bernstein, trae una mirada fresca y cautelosa sobre cómo se están ordenando las piezas del tablero financiero mundial. La FED, los aranceles y la irrupción de la inteligencia artificial no son temas aislados, sino parte de un complejo entramado que comienza a definir una nueva realidad para los mercados.
La estabilidad económica: ¿real o sólo aparente?
Smith señala que, aunque la economía global se muestra más estable que hace unos meses, esta calma es relativamente reciente y ha estado gestándose paulatinamente. ¿Qué está detrás de esta aparente quietud? Entre las causas principales están los acuerdos comerciales alcanzados y la reducción gradual de aranceles en Estados Unidos, elementos que alivian en parte la presión sobre las cadenas productivas.
Sin embargo, hay una trampa: los aranceles, a pesar de su deescalada, continúan siendo elevados históricamente. Esto significa que funcionan como un impuesto indirecto para los consumidores, lo que tiende a enfriar el gasto y, por ende, puede contener la demanda interna, complicando el horizonte inflacionario.
Aranceles y su doble filo
El punto medular que plantea Smith es si las tasas efectivas de aranceles podrían llegar a converger alguna vez con las tasas de política principales en EE. UU. La respuesta no es sencilla y abre la puerta a debate entre políticas proteccionistas y dinámicas de mercado libre. Dicho de otro modo, ¿podrán estas medidas impositivas ser sostenibles sin sacrificar el ánimo del consumidor?
El impacto del shutdown y sus sombras a futuro
La reciente parálisis parcial del gobierno estadounidense añade incertidumbre al panorama. Un shutdown se produce cuando el Congreso no aprueba los planes de financiamiento necesarios para que el aparato estatal funcione sin tropiezos. Smith apunta que, si bien no es una novedad histórica, sí puede alterar la confianza del consumidor y ralentizar la entrega de datos cruciales —como las estadísticas laborales— que el mercado vigila de cerca.
Además, aunque el gasto público suele recuperarse y crecer para compensar el tiempo perdido, un cierre prolongado podría dejar secuelas en la percepción económica general, afectando indirectamente a sectores clave y a la inversión privada. En definitiva, una espada de doble filo.
Esperando una reapertura sin sobresaltos
Históricamente, tras un shutdown, la economía tiende a retomar su marcha con un gasto incremental para atender la demanda acumulada. No obstante, cada parálisis es distinta y la volatilidad política actual no ayuda a disipar preocupaciones. La pregunta que flota: ¿qué tan resiliente será el mercado si estas interrupciones se repiten o alargan?
Inteligencia artificial: ¿el factor disruptivo que cambiará las reglas?
No menos importante, Smith destaca la inteligencia artificial como un elemento revolucionario que interviene en la configuración de los mercados, no solo desde el punto de vista tecnológico sino en estrategias de inversión y desarrollo económico. En plena era post-pandemia, esta tecnología abre nuevas oportunidades, pero también plantea retos regulatorios, éticos y financieros que los inversores no pueden pasar por alto.
Su influencia ya se percibe en Wall Street y más allá, transformando sectores y alimentando un apetito renovado por la innovación. Así, el ecosistema económico empieza a dibujar un paisaje más complejo, donde la conjugación entre estabilidad, política, comercio y tecnología genera un caldo de cultivo que exige atención y análisis profundos.