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Ferrari se desploma en bolsa porque "nadie" quiere sus coches eléctricos

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Las acciones de Ferrari han sufrido una caída significativa en el último mes, con un retroceso cercano al –15 %, una de las correcciones más destacadas del año para la marca italiana. El valor de mercado del fabricante de superdeportivos se ha reducido notablemente, marcando su mayor descenso en tres años.

¿Qué ha provocado la caída?

El pasado 9 de octubre, Ferrari revisó a la baja sus objetivos de electrificación y crecimiento a medio plazo. La compañía redujo su meta de vehículos totalmente eléctricos para 2030 al 20 %, frente al 40 % previsto inicialmente. Además, presentó unas previsiones de beneficio y facturación para 2030 por debajo de lo esperado por los analistas, lo que generó dudas entre los inversores sobre el ritmo de crecimiento futuro.

En el aspecto técnico, el valor también ha mostrado señales bajistas, con indicadores que apuntan a un cambio de tendencia y un claro ajuste en el impulso que había mantenido sus acciones en máximos históricos durante el verano.

Un toque de atención para los inversores

Esta caída arrastra el precio de la acción por debajo de los máximos alcanzados en los últimos 12 meses, dejando un amplio margen de corrección. A pesar del retroceso, Ferrari continúa cotizando con un elevado ratio precio/beneficio, reflejo de las altas expectativas que el mercado mantiene sobre su marca y su capacidad para generar beneficios.

No obstante, la situación plantea un dilema para los inversores: algunos consideran este descenso una oportunidad de entrada en una compañía con un valor de marca y exclusividad únicos; otros, en cambio, creen que la corrección puede prolongarse si el mercado del lujo sigue enfriándose y los costes de transición hacia el vehículo eléctrico continúan aumentando.

El reto de Ferrari: recuperar la confianza

Ferrari deberá demostrar que su ajuste estratégico no implica una pérdida de ambición. Si consigue cumplir los nuevos objetivos y mantener su rentabilidad, podría recuperar el terreno perdido. Sin embargo, la clave estará en su capacidad para comunicar de forma clara su hoja de ruta eléctrica y convencer al mercado de que su modelo sigue siendo sólido.

La próxima presentación de resultados, prevista para noviembre, será determinante para saber si Ferrari logra reconquistar la confianza de los inversores o si el descenso marca el inicio de un ciclo más moderado.

En definitiva, la caída de Ferrari refleja un punto de inflexión en su estrategia y una advertencia sobre la exigencia del mercado: incluso una marca legendaria debe equilibrar innovación, rentabilidad y credibilidad para seguir siendo un valor ganador.