El FMI alerta de un “nuevo orden económico” marcado por el proteccionismo y la pérdida de confianza global

El FMI lanza una advertencia: la economía mundial entra en una nueva era de bajo crecimiento y alta incertidumbre

EPA/JIM LO SCALZO El FMI alerta de un “nuevo orden económico” marcado por el proteccionismo y la pérdida de confianza global

El Fondo Monetario Internacional advierte en su último informe Perspectivas de la economía mundial (octubre 2025) de un escenario de crecimiento moderado, tensiones comerciales y vulnerabilidades fiscales que amenazan la estabilidad global. Aunque las previsiones mejoran ligeramente respecto a las de abril, el FMI reconoce que las economías avanzadas apenas crecerán un 1,5 % en los próximos dos años, mientras los países emergentes no superarán el 4 %.

La economía mundial entra en una etapa de reajuste profundo. Las reglas del juego están cambiando —advierte el Fondo Monetario Internacional (FMI)— y el crecimiento se ve atrapado entre el proteccionismo, la incertidumbre política y la fragmentación de los mercados. Tras un primer semestre más sólido de lo previsto, impulsado por un adelanto de la actividad comercial, los datos del segundo semestre confirman una desaceleración moderada pero sostenida.

El informe del FMI eleva ligeramente su pronóstico de crecimiento global, del 3,0 % al 3,2 % en 2025, pero advierte que la cifra sigue por debajo de los niveles anteriores al giro de las políticas económicas de Estados Unidos y otros países desarrollados. Las tensiones arancelarias iniciadas por Washington en febrero, y suavizadas parcialmente por nuevos acuerdos en verano, han dejado cicatrices visibles en el comercio internacional.

El organismo con sede en Washington estima que las economías avanzadas apenas crecerán un 1,5 %, con Estados Unidos desacelerándose al 2 %. Los mercados emergentes y en desarrollo, en cambio, mantendrán un crecimiento ligeramente superior al 4 %, aunque también afectado por la volatilidad cambiaria, la deuda y los shocks de oferta. El volumen del comercio global se expandirá un 2,9 %, frente al 3,5 % del año anterior, reflejo de un mundo cada vez más dividido en bloques.

El FMI destaca que la inflación mundial bajará al 4,2 % en 2025 y al 3,7 % en 2026, aunque persisten riesgos de sobrecalentamiento en Estados Unidos y presiones moderadas en otras regiones. Pero más allá de los datos, el diagnóstico es claro: la economía mundial se está enfriando por dentro.

Entre los principales factores de riesgo señalados figuran:

  • El aumento del proteccionismo y las nuevas barreras no arancelarias, que frenan la inversión y distorsionan las cadenas de suministro.

  • Las políticas migratorias restrictivas, que reducen la oferta de trabajo y agravan la escasez de mano de obra cualificada, especialmente en Europa y Norteamérica.

  • Las vulnerabilidades fiscales, derivadas de la expansión del gasto público y el aumento del endeudamiento.

  • La dependencia de la inteligencia artificial como motor de productividad, que podría no generar los rendimientos esperados, provocando correcciones bruscas en los mercados tecnológicos.

  • La erosión institucional, con bancos centrales sometidos a presión política, lo que podría minar la credibilidad de las políticas monetarias.

El Fondo insiste en que la prioridad para los gobiernos es restablecer la confianza con políticas creíbles, predecibles y sostenibles. “Hay que reconstruir los márgenes de maniobra fiscal, preservar la independencia de los bancos centrales y acelerar las reformas estructurales”, subraya el informe.

Entre las recomendaciones más destacadas, el FMI pide modernizar las normas comerciales para adaptarlas a la era digital, fomentar una cooperación multilateral más sólida y reforzar la resiliencia económica mediante inversión en capital humano, digitalización e instituciones sólidas. También advierte que los países de ingresos bajos deben movilizar recursos internos ante la caída de la ayuda internacional.

La institución reconoce un posible rayo de esperanza: si la productividad impulsada por la inteligencia artificial supera las expectativas o si las negociaciones comerciales avanzan, podría abrirse una ventana para reactivar el crecimiento a medio plazo. Pero, de momento, el diagnóstico del FMI es prudente y sombrío: el mundo avanza hacia un ciclo de bajo crecimiento y alta incertidumbre, donde los errores de política podrían pagarse caro.