Nominas 2026

La subida del MEI en 2026 recortará hasta 92 euros al año tu nómina, y el resto lo pagará la empresa

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El recargo para sostener las pensiones aumenta del 0,80% al 0,90% sobre la base de cotización y afectará a casi todos los asalariados a partir del 1 de enero.

A partir del 1 de enero de 2026 vuelve a subir el Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI) y el cambio se notará, aunque de forma moderada, en la nómina de prácticamente todos los trabajadores por cuenta ajena. La sobrecotización pasa del 0,80% vigente en 2025 al 0,90% en 2026 sobre la base de cotización por contingencias comunes, y su recaudación se destina a reforzar el Fondo de Reserva de la Seguridad Social, la conocida «hucha de las pensiones», para afrontar el pico de jubilaciones de la generación del baby boom. Para un asalariado que cotiza por la base máxima, el impacto rondará los 92 euros anuales.

Con esta subida, el Gobierno consolida un nuevo escalón en la presión contributiva sobre salarios y bases de cotización, en un contexto marcado por el envejecimiento de la población y el objetivo declarado de asegurar la viabilidad financiera del sistema público de pensiones sin recurrir, al menos de forma explícita, a recortes en las prestaciones presentes.

Qué es el MEI

El MEI es una sobrecotización específica que se aplica sobre la cotización por contingencias comunes y que no existía en el sistema hasta 2023. Su finalidad declarada es reforzar los ingresos del sistema de pensiones ante el impacto que supondrá la jubilación masiva de los nacidos durante el baby boom.

El diseño del mecanismo prevé un incremento progresivo de tipos año a año. En 2026, ese recargo alcanza ya el 0,90% sobre la base de cotización, configurándose como una pieza estructural del sistema y no como una medida temporal o excepcional.

Reparto de la carga entre trabajador y empresa

Ese 0,90% adicional no recae por igual sobre empresa y trabajador. En 2026, la distribución queda fijada en un 0,15% a cargo del trabajador, que se descuenta directamente en la nómina, y un 0,75% a cargo de la empresa, que se traduce en un incremento del coste laboral por empleado.

Aunque el trabajador solo percibe en su recibo de sueldo el descuento del 0,15%, la mayor parte del esfuerzo lo asume la empresa, que soporta tres cuartas partes de la sobrecotización. En el caso de los autónomos, la situación es distinta: ellos deberán asumir íntegramente el 0,90% sobre su base de cotización correspondiente, al no existir empleador con quien repartir el recargo.

Impacto en la nómina: ejemplos de referencia

El MEI se calcula sobre la base de cotización, no sobre el salario neto, pero es posible estimar fácilmente su impacto. Para una base mensual de 2.333 euros (equivalente aproximado a 28.000 euros brutos anuales en un esquema lineal), la aportación del trabajador al MEI será de unos 3,50 euros al mes, lo que supone en torno a 42 euros al año.

En el extremo superior, un asalariado que cotice por la base máxima, fijada en 5.101,20 euros mensuales, verá un descuento por MEI de en torno a 7,65 euros cada mes, aproximadamente 91,82 euros anuales. Para la mayoría de salarios medios, el impacto del recargo adicional se sitúa en una horquilla aproximada de 2 a 4 euros al mes, una cifra contenida pero que se suma al resto de retenciones y cotizaciones.

Cuánto te descontarán (ejemplos)
El MEI se calcula sobre tu base de cotización, no sobre el salario neto:

  • Base de 2.333 €/mes (≈ 28.000 € brutos/año): el trabajador paga unos 3,50 € al mes, unos 42 € al año.

  • Base máxima de 5.101,20 €/mes: el trabajador paga unos 7,65 € al mes, unos 92 € al año.
    Para la mayoría de sueldos medios, el descuento adicional se mueve en una horquilla de 2 a 4 euros al mes.

Si cobras por encima del tope
Además del MEI, en 2026 avanza la cuota adicional de solidaridad para la parte del salario que supera la base máxima de cotización. Se aplica por tramos con tipos crecientes y busca recaudar más sobre los salarios altos sin incrementar en la misma proporción los derechos futuros.

Salarios altos y cuota de solidaridad

La subida del MEI no llega sola. En 2026 avanza también la denominada cuota adicional de solidaridad, un recargo que se aplica sobre la parte del salario que excede la base máxima de cotización.

Esta cuota se articula por tramos, con tipos crecientes a medida que aumenta la cuantía que supera el tope, y tiene como objetivo incrementar la recaudación sobre los salarios más elevados sin generar derechos futuros de pensión en la misma proporción. En la práctica, los trabajadores con sueldos por encima del límite de cotización soportarán una doble carga: el MEI hasta la base máxima y la cuota de solidaridad sobre el exceso.

Efectos sobre la pensión futura

El MEI no se concibe como una penalización individual, sino como una cotización extra de carácter colectivo destinada a dotar de recursos al sistema en el momento en que se intensifiquen las jubilaciones del baby boom. La lógica del mecanismo es puramente financiera: reforzar los ingresos hoy para poder pagar las pensiones mañana.

Por ello, pagar MEI no reduce la pensión futura del trabajador de forma directa ni automática. La sobrecotización se integra en la financiación general del sistema y no está diseñada para recortar derechos individuales, sino para sostener el equilibrio global entre cotizantes y pensionistas en las próximas décadas.

Qué debe tener en cuenta el trabajador

De cara a 2026, los asalariados verán cómo el descuento por MEI en su nómina aumenta de forma moderada, mientras que las empresas asumirán la mayor parte del recargo con un 0,75% adicional de coste laboral por trabajador. El máximo impacto estimado para el empleado que cotiza por la base máxima se sitúa en torno a 92 euros anuales, una cifra limitada pero que se suma al resto de retenciones y figuras de solidaridad sobre los salarios altos.

El resultado es un sistema en el que la presión contributiva se incrementa paulatinamente para ganar margen frente al desafío demográfico, a costa de un ligero recorte del salario disponible hoy y de un mayor esfuerzo para las empresas, con el objetivo declarado de garantizar la estabilidad del sistema público de pensiones en el medio y largo plazo.