La gráfica que muestra lo que pasará con el oro y porqué este bajón no es para tanto

El oro se desploma un 2% y arrastra a los metales preciosos a una nueva jornada de pérdidas UNSPLASH / ZLATÁKY.CZ

El precio del oro ha vivido una de sus caídas más pronunciadas del año, al perder cerca de un 9% en solo cinco días y situarse por debajo de la barrera de los 4.000 euros la onza, después de haber rozado recientemente los 4.400 euros. Sin embargo, pese a este retroceso, los analistas consideran que se trata de una corrección puntual dentro de una tendencia claramente alcista.

La fortaleza del dólar y la calma internacional, factores clave

La caída del metal precioso se explica, principalmente, por el fortalecimiento del dólar estadounidense. Existe una relación inversa entre el dólar y las materias primas, lo que significa que cuando la divisa americana se aprecia, el oro tiende a perder valor. En palabras de los expertos, “cuanto más sube el dólar, más se encarecen las materias primas para los inversores internacionales”.

La gráfica de la evolución del precio del oro: Fuente: Inversoro.es.

Además, el panorama económico global ha aportado cierta estabilidad en las últimas semanas. El acercamiento comercial entre Estados Unidos y China ha reducido la percepción de riesgo en los mercados, restando atractivo al oro como activo refugio.

A ello se suma un elemento técnico: el oro estaba fuertemente sobrecomprado desde principios de septiembre. Y la finalización del festival Diwali en la India —una época tradicionalmente asociada al incremento de compras de oro— ha contribuido a una recogida de beneficios natural por parte de los inversores.

Una pausa que abre oportunidades

Pese a la brusca corrección, el oro mantiene una revalorización de casi el 60% en lo que va de año y de más del 100% en cinco años, lo que demuestra su fortaleza estructural. Muchos inversores han aprovechado la reciente caída para reforzar posiciones o vender con beneficios, convencidos de que el valor refugio por excelencia volverá a subir.

Los analistas financieros coinciden en que esta situación es más una oportunidad de compra que un motivo de alarma. La caída, aseguran, ofrece precios más razonables para incorporarse a un mercado que sigue apuntando al alza.

Un futuro que sigue dorado

Las proyecciones a medio y largo plazo son claramente optimistas. Los expertos prevén que el oro retome su senda ascendente y alcance nuevos máximos en los próximos años, impulsado por la demanda institucional y el papel de los bancos centrales, que continúan aumentando sus reservas.

De hecho, las gráficas de tendencia muestran que, incluso con las correcciones recientes, el oro se mantiene en máximos históricos y su curva de crecimiento a largo plazo sigue intacta.

Las próximas decisiones del Banco Central Europeo (BCE) y de la Reserva Federal (Fed) serán determinantes, especialmente si se mantienen políticas monetarias restrictivas que limiten la liquidez del sistema. En ese contexto, el oro continúa siendo el refugio preferido frente a la volatilidad y la inflación.

En definitiva, el metal precioso puede haber perdido brillo momentáneamente, pero su valor estratégico y su atractivo como activo refugio siguen más vigentes que nunca. Todo apunta a que, con el tiempo, volverá a brillar en los mercados financieros internacionales.