3I/ATLAS

La IA se harta de especulaciones y dice lo que es "con toda probabilidad" el cometa 3I/ATLAS

cometa 3I/ATLAS - imagen de cometa Encke

La IA se cansa de rumores y revela con toda probabilidad qué es el misterioso cometa 3I/ATLAS, desvelando detalles que cambian el juego en la astronomía

El cometa 3I/ATLAS es, con toda probabilidad, un fragmento helado expulsado de otro sistema estelar, es decir, un viajero interestelar que se formó alrededor de una estrella diferente al Sol y que, por alguna perturbación gravitatoria, fue lanzado al espacio interplanetario hace millones (o incluso miles de millones) de años.

Los astrónomos lo clasifican como objeto interestelar, el tercero detectado en la historia después de ‘Oumuamua (1I, descubierto en 2017) y Borisov (2I, en 2019). Su paso por nuestro sistema solar ofrece una oportunidad excepcional para estudiar cómo son los cometas y planetesimales que se forman fuera de nuestro entorno solar.

A partir de las observaciones actuales, los científicos creen que 3I/ATLAS podría ser:

  1.  Un cometa clásico procedente de otro sistema, formado por hielos, polvo y rocas, similar a los cometas del cinturón de Kuiper o la nube de Oort, pero expulsado de su sistema original.

  2.  Un resto de formación planetaria, un cuerpo menor que no llegó a formar un planeta y fue arrojado al espacio interestelar durante los primeros millones de años de evolución de su estrella.

  3.  Un fragmento de un cometa mayor, que pudo haberse desintegrado parcialmente antes de entrar en nuestro sistema solar, lo que explicaría su asimetría y la cantidad de polvo que expulsa.

En cualquier caso, todo apunta a que no tiene nada de artificial ni anómalo, sino que es una muestra natural de los materiales primordiales de otros sistemas solares.

Los astrónomos seguirán observándolo con telescopios como el James Webb para analizar su composición química y comparar sus elementos con los de los cometas del sistema solar. Si comparte los mismos componentes —hielos de agua, dióxido de carbono, amoníaco o metano—, sería una confirmación más de que los procesos de formación planetaria son universales en el cosmos.