La IA de un videojuego encuentra la solución al problema de la vivienda: "No gustará a todo el mundo"
La inteligencia artificial de un videojuego ha propuesto una solución revolucionaria al problema de la vivienda que no gustará a todo el mundo pero promete abrir un debate muy interesante sobre el futuro de nuestras ciudades
La segunda entrega del popular simulador urbano Cities: Skylines II ha dado pie a una curiosa reflexión sobre uno de los problemas más graves de la sociedad actual: el acceso a la vivienda. Erik Harley, divulgador cultural, ha explicado cómo la inteligencia artificial del videojuego ha reproducido —y “resuelto”— una crisis inmobiliaria casi idéntica a la que viven millones de personas en el mundo real.
El título, que simula la gestión de una ciudad en todos sus aspectos —desde el tráfico hasta la economía o los servicios públicos—, introdujo en su última versión una serie de parámetros realistas para reflejar cómo funcionan las dinámicas del mercado. Sin embargo, los desarrolladores se toparon con un efecto inesperado: a medida que los jugadores construían y vendían viviendas, los precios se disparaban hasta niveles inasumibles. Los ciudadanos virtuales no podían permitirse comprar una casa, generando una crisis habitacional dentro del propio juego.
La solución adoptada por la inteligencia artificial fue tan simple como radical: eliminar la figura del propietario. En esta versión ajustada, los ciudadanos podían adquirir su vivienda directamente, sin intermediarios que especularan con el precio. El resultado fue inmediato: los precios se desplomaron, la economía se estabilizó y la simulación alcanzó un equilibrio sostenible.
Aunque evidentemente se trata de una mecánica dentro de un entorno virtual, el experimento refleja cómo, incluso en un modelo simulado, el libre mercado puede conducir a desequilibrios estructurales cuando la vivienda se convierte en un bien especulativo.
A raíz de esta anécdota, Harley recurrió a otra inteligencia artificial para identificar los principales factores que agravan la crisis de vivienda en España. Entre ellos destacan:
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Precios inalcanzables, tanto para comprar como para alquilar.
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Escasez de vivienda pública y asequible, especialmente para jóvenes y familias con ingresos medios o bajos.
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Gentrificación y auge del turismo, que expulsa a residentes tradicionales y encarece barrios enteros.
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Dificultad para acceder a hipotecas o alquileres estables, en un contexto de empleo precario.
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Especulación inmobiliaria, que prioriza el beneficio sobre el derecho a la vivienda.
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Falta de políticas estructurales eficaces, lo que perpetúa la desigualdad y el problema del acceso a la vivienda.
El caso de Cities: Skylines II ilustra, de forma casi pedagógica, cómo la propia lógica del mercado —incluso en un videojuego— reproduce los mismos desequilibrios que afectan al mundo real. Y aunque no ofrece soluciones aplicables directamente, sí evidencia un mensaje claro: la vivienda, más que un negocio, debería ser un derecho.