El presidente de la Reserva Federal de EE.UU., Jerome Powell, sostuvo el miércoles que en la reciente reunión del FOMC no hubo respaldo suficiente para un recorte de tasas agresivo de 50 puntos básicos. La decisión de aplicar una reducción más modesta responde al delicado equilibrio entre precios aún elevados, señales de debilidad en el mercado laboral y la necesidad de mantener credibilidad ante la inflación.
Jerome Powell fue contundente en su mensaje tras la reunión de política monetaria de la Reserva Federal. Aunque algunos analistas anticipaban un recorte de medio punto, el banco central optó por reducir las tasas en 25 puntos básicos, un movimiento que refleja la falta de consenso interno para medidas más drásticas. Según Powell, “no hubo en absoluto un apoyo generalizado” para ir más allá, y la prioridad sigue siendo actuar con prudencia ante un escenario económico complejo.
El presidente de la Fed explicó que la institución ha preferido esperar a que la evolución de la inflación, los efectos de los aranceles y la dinámica del mercado laboral ofrecieran señales claras antes de modificar su postura. En las últimas semanas, el enfriamiento del empleo ha comenzado a hacerse más evidente, con un ritmo de creación de puestos de trabajo mucho menor al registrado en periodos anteriores, lo que justificó el giro hacia una política más expansiva.
Sin embargo, Powell subrayó que la inflación sigue siendo una preocupación. Aunque los precios han cedido respecto a los máximos alcanzados en los últimos años, los indicadores subyacentes muestran que las presiones no han desaparecido por completo. Ante este panorama, la Fed considera arriesgado dar pasos más amplios que pudieran interpretarse como una relajación prematura de su compromiso con la estabilidad de precios.
El recorte aprobado busca, por tanto, un punto intermedio: apoyar a una economía que da señales de desaceleración sin perder de vista el objetivo de mantener la inflación bajo control. Los mercados, que en parte ya descontaban un ajuste moderado, reaccionaron con cierta calma, aunque algunos sectores manifestaron expectativas de movimientos más agresivos.
Powell dejó abierta la puerta a futuras reducciones de tasas si los datos lo justifican. Si el desempleo se incrementa por encima de lo esperado o la inflación persiste en niveles incómodos, el banco central no descarta nuevas medidas. Sin embargo, insistió en que cualquier decisión se tomará con base en la información disponible y no en presiones externas.
Con este mensaje, la Reserva Federal transmite que prefiere avanzar paso a paso, calibrando cuidadosamente sus acciones. Powell busca reforzar la idea de que la estabilidad y la consistencia en la política monetaria son esenciales en un momento de incertidumbre, evitando dar señales que puedan desordenar los mercados o minar la confianza en la institución.