Kremlin abre puerta a mejorar relaciones con EE.UU., pero advierte que están «en el nivel mínimo»
El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, insistió en que Rusia sigue abierta a mejorar sus lazos con Estados Unidos, aunque calificó la situación actual como “en el nivel mínimo”. Al mismo tiempo, defendió la prueba del misil nuclear-propulsado 9M730 Burevestnik como una garantía vital de seguridad frente a lo que describió como “sentimiento militarista” desde Europa.
En Moscú, el portavoz del Kremlin Dmitry Peskov afirmó que Rusia mantiene su interés en normalizar las relaciones con Estados Unidos, a pesar de lo que calificó como “el nivel mínimo” actual entre ambas potencias. Según Peskov, la política exterior rusa no está orientada al aislamiento, sino a mantener la posibilidad de diálogo “cuando existan las condiciones necesarias”.
El mensaje llega en un contexto marcado por tensiones diplomáticas, sanciones financieras y una escalada tecnológica y militar entre Moscú y Washington. Sin embargo, la afirmación del Kremlin de que las puertas siguen abiertas busca evitar la percepción de ruptura total entre ambas potencias.
El Burevestnik como mensaje estratégico
Peskov defendió de forma directa la reciente prueba del misil de crucero de propulsión nuclear Burevestnik, un sistema de largo alcance que Rusia considera clave para su estrategia de disuasión. Explicó que la prioridad del país es garantizar su seguridad “ante el clima de militarización y retórica agresiva que escuchamos especialmente desde Europa”.
El misil, que en teoría puede mantener vuelo durante largos periodos y esquivar defensas antiaéreas, ha sido criticado por Washington, que lo considera un factor desestabilizador. Moscú sostiene que su desarrollo responde únicamente a la necesidad de equilibrar lo que percibe como creciente presión militar occidental.
¿Diálogo o pulso geopolítico?
La combinación entre una disposición declarada al diálogo y la exhibición de capacidades militares plantea preguntas sobre la hoja de ruta del Kremlin. Por un lado, Rusia quiere mostrar que no cierra la puerta a negociaciones sobre seguridad, control de armas o cooperación económica. Por otro, subraya que no renunciará a su postura estratégica ni a su arsenal disuasorio.
Este equilibrio se ve tensionado por múltiples factores:
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La guerra en Ucrania sigue sin una vía clara de resolución.
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Las sanciones occidentales continúan afectando sectores clave de la economía rusa.
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Estados Unidos mantiene su apoyo militar y político a Kiev.
¿Qué implica esto para el escenario global?
Para analistas internacionales, la declaración de Peskov no significa un giro inmediato, pero sí un recordatorio de que la relación entre Rusia y Estados Unidos no está cerrada de manera definitiva. Podría abrir espacio a conversaciones discretas sobre control de armas estratégicas, algo que preocupa a ambas potencias tras la suspensión de varios tratados bilaterales en los últimos años.
Sin embargo, la tensión seguirá predominando mientras no existan avances concretos y mientras Moscú continúe reforzando su capacidad militar como vía de presión y negociación.