Wall Street sufre ante la escalada arancelaria entre EE. UU. y China

Mercados en alerta: el Dow Jones cae 250 puntos mientras Trump y Pekín intensifican su guerra comercial

EPA/JUSTIN LANE
Los futuros en EE. UU. abrieron con fuertes pérdidas este martes: el Dow Jones se dejó más de 250 puntos, el Nasdaq 100 cayó un 1,18 % y el S&P 500 retrocedió un 0,89 %. El conflicto comercial entre Washington y Pekín recobra intensidad, mientras los inversores aguardan con expectación el discurso de Jerome Powell para vislumbrar señales sobre recortes en los tipos de interés.

La jornada arrancó con un clima de nerviosismo que rápidamente se trasladó a los principales índices. A las 4:03 a. m. ET, el Dow Jones había perdido 270 puntos, un 0,58 %, mientras el Nasdaq 100 registraba una caída del 1,18 %, equivalente a 295 puntos, y el S&P 500 descendía un 0,89 %. Estas cifras reflejan el temor de los inversores ante un escenario en el que la guerra comercial entre Estados Unidos y China amenaza con recrudecerse.

El origen de la tensión se encuentra en los últimos movimientos cruzados entre ambas potencias. Pekín anunció nuevas sanciones dirigidas a empresas estadounidenses estratégicas, en respuesta a las recientes presiones comerciales de Washington. La respuesta del presidente Donald Trump no tardó en llegar. Con su habitual tono desafiante, afirmó que “todo saldrá bien”, pero sus palabras no bastaron para calmar los ánimos de los mercados. En realidad, los operadores interpretaron esta declaración como una señal de que el conflicto podría prolongarse, afectando al comercio mundial y a la estabilidad de las cadenas de suministro tecnológicas.

La atención de los inversores se centra ahora en el discurso que Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal, ofrecerá a lo largo del día. Cualquier indicio sobre la dirección de la política monetaria estadounidense puede marcar el pulso de las próximas semanas. Si Powell deja entrever una posible bajada de tipos para mitigar el impacto económico del conflicto, el mercado podría encontrar un respiro temporal. En cambio, un mensaje más prudente o restrictivo alimentaría nuevas ventas y reforzaría la percepción de que el margen de actuación de la Fed es limitado en un contexto de inflación persistente y desaceleración industrial.

Mientras tanto, el mercado de divisas también refleja la incertidumbre. El euro se negociaba un 0,13 % por debajo del dólar a las 4:10 a. m. ET, situándose en 1,15536 USD. Este leve retroceso de la moneda europea responde al movimiento de capitales hacia activos considerados refugio, como los bonos del Tesoro estadounidense o el oro, que volvió a registrar un repunte en su cotización. La reacción de los inversores apunta a una búsqueda de estabilidad ante la creciente volatilidad global.

A nivel global, los analistas prevén que esta nueva fase de tensión entre Estados Unidos y China podría alterar las perspectivas de crecimiento internacional durante la segunda mitad del año. La posibilidad de nuevos aranceles, combinada con la desaceleración en la demanda china y la fragilidad de las economías europeas, configura un escenario complejo para los mercados. Desde firmas como Goldman Sachs o Morgan Stanley, se advierte que un conflicto prolongado podría reducir el crecimiento mundial en hasta medio punto porcentual si las negociaciones no logran reconducirse.

En España y Europa, las consecuencias no son menores. Las bolsas continentales siguen de cerca la evolución del conflicto, conscientes de que cualquier ajuste en las cadenas de suministro o variaciones en los flujos de capital podrían impactar directamente sobre las exportaciones y la inversión extranjera. Las empresas más expuestas al comercio global, especialmente las tecnológicas e industriales, se preparan para un entorno de mayor prudencia inversora. Sin embargo, algunos sectores, como la energía o las infraestructuras, podrían beneficiarse de una eventual moderación de los tipos de interés y de la búsqueda de valores defensivos.

La caída del Dow Jones y el nerviosismo de los futuros en Wall Street son, en definitiva, el reflejo de un mercado atrapado entre la incertidumbre geopolítica y las expectativas de política monetaria. La guerra comercial entre Estados Unidos y China vuelve a cobrar fuerza y coloca a los inversores ante una encrucijada: esperar una señal de alivio por parte de la Fed o prepararse para una nueva etapa de volatilidad. En este contexto, la prudencia y la lectura estratégica de cada movimiento serán esenciales para navegar un escenario que combina tensiones políticas, desafíos económicos y la sensación de que la calma aún está lejos de regresar.