Asia abre con signo mixto tras el nuevo empujón de Wall Street

Nvidia sacude el tablero: Asia duda, Hong Kong sufre y Japón cierra por festivo

EPA/ALEX PLAVEVSKI
Las bolsas asiáticas negociaron con altibajos este martes a primera hora europea, después de que Wall Street encadenara subidas impulsado por el anuncio de Nvidia de invertir hasta 100.000 millones de dólares en OpenAI. Hong Kong y el sur de China se preparan, además, para el impacto del supertifón Ragasa, mientras el yen permanece estable y Tokio no opera por el equinoccio de otoño.

La sesión en Asia-Pacífico arrancó con ese tono contenido tan reconocible en los días en que la referencia llega, de forma contundente, desde la otra orilla del Pacífico. En Estados Unidos, los principales índices firmaron nuevos máximos apoyados en el efecto arrastre de Nvidia, después de que el fabricante de chips anunciara un plan de hasta 100.000 millones de dólares para desplegar, junto a OpenAI, 10 gigavatios de sistemas de IA —una hoja de ruta que incluye inversión de capital y compras de hardware—. La noticia, avanzadas por agencias internacionales y confirmada por las compañías, refuerza el relato de una carrera por la capacidad de cómputo que seguirá marcando el pulso del mercado en los próximos trimestres.

Con ese viento de cola, Australia se mantenía en verde y Corea del Sur avanzaba de forma moderada, mientras que China continental y Hong Kong volvían a corregir. A primera hora (CET), los futuros y los indicadores en tiempo real situaban al S&P/ASX 200 en terreno positivo y al Kospi con subidas, en línea con los datos recopilados por la prensa financiera regional. En el lado opuesto, el Hang Seng cedía alrededor del punto porcentual y los selectivos de Shanghái y Shenzhen se movían a la baja, con tomas de beneficios concentradas en tecnología tras el rally de semanas previas.

El matiz local importa. En Hong Kong y el sur de China, la atención del inversor se reparte entre las valoraciones y la meteorología: las autoridades han activado preparativos ante la llegada de Ragasa tras su paso por el norte de Filipinas, un factor adicional de incertidumbre operativa y de movilidad que suele traducirse en volatilidad de corto plazo.

Japón, por su parte, permanecía cerrado por festivo —equinoccio de otoño—, un recordatorio de que la liquidez regional no siempre es homogénea. La pausa en Tokio se suma a un cruce dólar/yen estable en torno a 147,7 unidades, con el mercado digiriendo el reciente recorte de tipos de la Fed y calibrando el calendario de datos de inflación. En un contexto de diferenciales aún holgados, el billete verde mantiene el soporte, aunque los movimientos intradía han sido contenidos.

En el plano global, el trasfondo continúa dominado por la tesis de “capex de la IA” y su efecto dominó: desde centros de datos y utilities, hasta semiconductores, nube y software. El pacto Nvidia–OpenAI —con entregas a partir de 2026 y un primer gigavatio de capacidad previsto para la segunda mitad de ese año— consolida a la compañía de Santa Clara como proveedor sistémico del nuevo ciclo inversor, a la vez que abre una fase de escrutinio regulatorio previsible por tamaño y alcance. Para el inversor, la clave pasa por separar la exuberancia de la ejecución: quién convierte promesas en gigavatios reales, quién asegura energía y quién captura márgenes sostenibles en la cadena de valor.

En China, el tono más cauto del banco central enfrió las expectativas de estímulo y pesó sobre la renta variable, especialmente en tecnológicas, mientras los selectivos continentales ampliaban recortes. Y en Hong Kong, la tentación de realizar beneficios después del rebote del verano convivía con el riesgo meteorológico. El resultado es un mapa mixto, con Australia y Corea defendiendo avances y el bloque chino corrigiendo, a la espera de referencias de inflación y de nuevas pistas sobre política monetaria global.

En suma, una apertura de “vaso medio lleno” para las plazas con exposición directa al ciclo de IA y un “todavía hay deberes” para quienes dependen del relato doméstico de estímulos. La sesión americana volverá a marcar el compás, pero en Asia el foco está hoy en la resiliencia de beneficios, la logística ante Ragasa y, sobre todo, en la ejecución tangible de esa promesa de 100.000 millones que ya mueve la aguja del riesgo.