Primer "toque de atención" de Trump a Netanyahu, pero con Gaza sigue teniendo carta blanca
Trump lanza un toque de atención a Netanyahu pero mantiene la carta blanca en Gaza descubre qué significa este movimiento político y cómo afecta a la región en este análisis clave
En una inesperada y contundente declaración desde el Despacho Oval, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha dejado claro que no permitirá que el Gobierno de Benjamin Netanyahu lleve a cabo la anexión de Cisjordania, el territorio palestino ocupado por Israel desde 1967. "No va a suceder", dijo Trump con firmeza, en un momento particularmente delicado para la política internacional en Oriente Medio.
Una advertencia directa antes del discurso de Netanyahu en la ONU
Las palabras del mandatario estadounidense llegan pocos días antes del discurso de Netanyahu ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, previsto para este viernes. Además, ambos líderes tienen programada una reunión bilateral el lunes, en la que el tema de Cisjordania será, con toda probabilidad, uno de los ejes principales.
La contundencia de Trump ha sorprendido a muchos, sobre todo considerando su histórica cercanía con Israel durante su anterior mandato. Sin embargo, la postura del presidente ahora parece priorizar la estabilidad regional y frenar una escalada que podría hundir cualquier posibilidad de paz duradera.
Acuerdo sobre Gaza, “bastante cerca”
Junto a su advertencia sobre Cisjordania, Trump también señaló que un acuerdo sobre Gaza estaría “bastante cerca”. Sin entrar en detalles, sugirió que su administración trabaja en paralelo para resolver uno de los conflictos más largos y dolorosos del planeta.
Estas declaraciones se producen en un contexto de creciente presión internacional hacia Israel, que ha intensificado sus operaciones militares en la Franja de Gaza y mantiene una ocupación que muchos consideran incompatible con el derecho internacional.
La anexión: una línea roja para la comunidad internacional
Para los sectores más radicales del Gobierno israelí, la anexión de Cisjordania se ha planteado como una forma de consolidar el control territorial israelí y frenar el reconocimiento del Estado palestino. Sin embargo, esta visión choca de frente con las últimas decisiones diplomáticas de numerosos países occidentales, que están dando pasos para reconocer formalmente a Palestina como un Estado independiente.
En este escenario, la posición de Trump representa un golpe directo al ala más dura del Ejecutivo israelí y podría tener implicaciones en la política interna de Netanyahu, que atraviesa momentos de tensión tanto dentro como fuera de su país.
Un giro pragmático en Washington
El mensaje de Trump también refleja un cambio de enfoque en la Casa Blanca. Más allá del apoyo tradicional a Israel, el presidente parece dispuesto a ejercer presión diplomática para evitar decisiones unilaterales que puedan agravar aún más el conflicto.
Este movimiento puede tener múltiples lecturas: desde un intento por recuperar influencia en el tablero internacional, hasta una maniobra política para reposicionar a Estados Unidos como mediador clave en la región.
Punto de inflexión
La declaración de Donald Trump sobre Cisjordania marca un punto de inflexión en la relación entre Estados Unidos e Israel. La negativa rotunda a permitir la anexión envía un mensaje claro a Netanyahu y a la comunidad internacional: Washington quiere mantener abiertas las puertas al diálogo y a una solución negociada al conflicto palestino-israelí.
A medida que se acerca el discurso de Netanyahu en la ONU y la esperada reunión entre ambos mandatarios, todas las miradas estarán puestas en si el primer ministro israelí moderará su discurso… o redoblará su apuesta.