Putin acusa al sistema de control de armas entre EE.UU. y Rusia de estar destruido; ofrece prorrogar el New START
El presidente ruso, Vladímir Putin, aseguró este lunes que el sistema de control de armas con Estados Unidos ha sido destruido, advirtiendo que la estabilidad estratégica global continúa deteriorándose. Sin embargo, anunció que Moscú está dispuesto a mantener las restricciones del tratado New START por otro año, más allá de su expiración en febrero de 2026, siempre y cuando Washington responda a sus propuestas de seguridad.
En una sesión del Consejo de Seguridad en Moscú, Putin sostuvo que el vínculo regulador bilateral en materia de armamentos nucleares con Estados Unidos está prácticamente desmantelado. Según él, dejaron de darse las condiciones de confianza y cooperación necesarias, mientras Occidente pretende lograr una superioridad estratégica absoluta, lo que incrementa el riesgo global.
El mandatario ruso criticó especialmente la falta de respuesta por parte de Washington frente a las ideas de seguridad que Moscú ha presentado, diciendo que esas propuestas han sido ignoradas. A pesar de ello, Putin ofreció una fórmula temporal: extender un año más el New START, el único tratado bilateral vigente que limita el número de ojivas nucleares estratégicas desplegadas, que expira el 5 de febrero de 2026. Subrayó que abandonar por completo este acuerdo sería un error peligroso para todos.
Los expertos coinciden en que el tratado New START ha sido esencial para frenar una carrera armamentística nuclear, imponiendo topes concretos tanto en el número de ojivas como en los sistemas de lanzamiento permitidos para cada país.
Desde 2023, Rusia suspendió su participación práctica en New START, citando como razón las tensiones derivadas del conflicto en Ucrania y objeciones al acceso de inspectores norteamericanos a sus instalaciones. No obstante, ha seguido declarando que respeta los límites cuantitativos establecidos por el tratado.
El declive del control nuclear entre Washington y Moscú genera alarmas entre analistas de seguridad internacional, que apuntan al riesgo de que, una vez expire el tratado (o si se abandona), no habrá ninguna restricción formal sobre los arsenales estratégicos. Ello podría abrir la puerta a una nueva etapa de acumulación de armas nucleares, con consecuencias imprevisibles para la estabilidad global.