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Stellantis rompe negociaciones con los afectados por los motores Puretech y recibirá 3.200 demandas "de golpe"

Stellantis. Foto: Stellantis.

Tras más de ocho meses de conversaciones, el intento de acuerdo entre AFESTEL, la asociación que representa a los afectados por los fallos estructurales de los motores PureTech de Stellantis, y la dirección del fabricante, ha terminado en ruptura total. Las negociaciones han fracasado sin alcanzar una solución satisfactoria para los miles de propietarios que llevan años soportando reparaciones costosas derivadas de un defecto de fábrica.

Vuelven las demandas masivas: 3.200 nuevas acciones legales

Lejos de resignarse, el equipo jurídico de AFESTEL ha decidido dar un paso al frente: antes de finalizar el mes de julio, presentará 3.200 demandas de conciliación ante los tribunales. El objetivo sigue siendo el mismo: exigir indemnizaciones justas y el reconocimiento oficial del fallo estructural en los motores PureTech, utilizados por marcas como Peugeot, Citroën, Opel o DS, todas bajo el paraguas de Stellantis.

La asociación denuncia que, pese a haber demostrado su voluntad de diálogo, las respuestas de la compañía han sido insuficientes, tardías y discriminatorias. Aunque algunos casos han logrado el reembolso de averías históricas, apenas se trata de unos 500 usuarios, lo que representa una mínima parte frente a los más de 700.000 vehículos potencialmente afectados en España.

Un fallo conocido desde el inicio

Las revelaciones a las que ha tenido acceso AFESTEL son especialmente graves: los fabricantes de las correas de distribución —pieza central del problema— habrían informado a Stellantis desde el principio de la existencia del defecto. Lejos de actuar con responsabilidad, la empresa habría optado por "hacer la vista gorda", dejando que miles de clientes asumieran reparaciones de hasta 8.000 euros de su propio bolsillo.

Peor aún, muchos de estos afectados han sido excluidos de las compensaciones por cuestiones administrativas, como haber hecho el mantenimiento fuera de la red oficial o retrasarse apenas tres meses en las revisiones anuales.

Condiciones leoninas y parches insuficientes

Presionada por las miles de reclamaciones y manifestaciones, Stellantis ha revisado finalmente la correa de distribución, punto de origen del problema. Sin embargo, la respuesta de la compañía sigue siendo parcial y condicionada: solo se contacta con un número muy limitado de usuarios, y a estos se les impone que lleven el coche a un taller oficial para que se evalúe el estado de la correa.

En los contados casos en los que se reconoce el problema, la reparación corre a cargo de la garantía, pero en la mayoría, el cliente debe pagar la sustitución, cuyo coste medio ronda los 1.500 euros. Para muchos, se trata de una solución que llega tarde y no alcanza a los verdaderos afectados.

Plataforma ineficaz y miles de clientes desatendidos

La Plataforma de Reclamaciones creada por Stellantis para gestionar los casos ha resultado ser otro motivo de frustración. Fallos continuos, falta de respuesta y bloqueos sistemáticos han llevado a miles de usuarios a abandonar la vía directa con el fabricante y buscar el amparo legal a través de AFESTEL.

Actualmente, la asociación cuenta con más de 9.000 socios activos, y otros 8.000 usuarios ya han manifestado su intención de sumarse a la demanda colectiva. Muchos de ellos, hastiados por el silencio administrativo y la sensación de indefensión, ven en esta vía judicial la única forma de lograr justicia.


AFESTEL no descarta futuras movilizaciones y ya trabaja con varios bufetes especializados para ampliar las acciones judiciales. La batalla legal contra Stellantis está lejos de terminar y podría marcar un precedente importante en la defensa de los derechos de los consumidores frente a los gigantes del motor.