Tarifas extremas de EE. UU. sacuden los mercados europeos mientras España sorprende con un crecimiento sólido
Cuando el presidente estadounidense Donald Trump anunció una batería de nuevos aranceles —100 % a los fármacos de marca y 25 % a los vehículos pesados— el mercado global sintió de inmediato el temblor. Las medidas, con fecha de entrada en vigor el próximo 1 de octubre, buscan reforzar la protección de la industria nacional y enviar un mensaje de firmeza en política comercial.
La reacción en Europa no tardó en llegar. El DAX alemán cedía un 0,24 %, el FTSE 100 británico se mantenía plano, mientras el Euro Stoxx 50 avanzaba un 0,20 % y el CAC 40 francés ganaba un 0,27 %. En el mercado de divisas, el euro se fortalecía un 0,11 % frente al dólar, hasta los 1,16776, mientras la libra se mantenía estable en torno a 1,33532 dólares.
Las compañías farmacéuticas y los fabricantes de vehículos industriales fueron los más expuestos. Los valores con fuerte presencia en Estados Unidos registraron caídas en bolsa, especialmente en el sector de los camiones pesados, donde empresas europeas como Daimler Truck o Traton retrocedieron tras conocerse la medida. También el sector farmacéutico experimentó un ajuste en su cotización ante la amenaza de una subida de costes en el acceso al mercado norteamericano.
Mientras tanto, España ofrecía una nota positiva en el panorama económico. El Instituto Nacional de Estadística revisó al alza el crecimiento del PIB del segundo trimestre, situándolo en un 3,1 % interanual y un 0,8 % trimestral. Incluso el primer trimestre fue revisado al alza, con un crecimiento del 3,2 %. Este comportamiento refuerza la idea de que la economía española mantiene un dinamismo superior al de otras economías de la eurozona, donde el crecimiento trimestral apenas rozó el 0,1 %.
El Gobierno, en línea con estas cifras, elevó su previsión de crecimiento para 2025 hasta el 2,7 %, reflejando un optimismo prudente. En un contexto de incertidumbre global y tensiones comerciales, España emerge como un mercado con capacidad de atracción para la inversión y como un actor relevante en el tablero europeo.
El contraste entre la tormenta comercial que llega desde Washington y la solidez de los datos macroeconómicos españoles deja una doble lectura. Por un lado, la necesidad de que empresas e inversores refuercen sus planes de contingencia ante posibles impactos arancelarios. Por otro, la oportunidad que representa un país como España, que muestra resiliencia y capacidad de crecimiento incluso en un escenario internacional convulso.