UNGA 2025 | Geopolítica y mercados

Trump proclama “la edad de oro de Estados Unidos” en la ONU y abre otro frente con Europa por Palestina

Trump proclama “la edad de oro de Estados Unidos” en la ONU y abre otro frente con Europa por Palestina

En su regreso a la Asamblea General, Donald Trump defendió que EE. UU. vive “la edad de oro” y presumió de unos índices bursátiles en máximos, mientras arremetió contra el reconocimiento europeo del Estado palestino, al que calificó de “recompensa a Hamás”. El choque diplomático llega con Wall Street en récords y con la inflación aún por encima del 2% objetivo de la Fed.

Donald Trump volvió al atril de Naciones Unidas con un mensaje propio de campaña global: “Esta es, de hecho, la edad de oro de Estados Unidos”. El presidente defendió que el país “es el más atractivo del mundo” y que los índices bursátiles “están mejor que nunca”, un encuadre que encaja con la foto de mercado más reciente: las tres grandes referencias de Wall Street cerraron en máximos históricos el lunes 22 de septiembre, impulsadas por el empuje de la inteligencia artificial y anuncios corporativos de calado. Reuters reportó que el S&P 500, el Nasdaq y el Dow encadenaron nuevos récords de cierre, con Nvidia tirando de la tecnología tras anunciar inversión masiva en OpenAI. 

La intervención de Trump, seguida en directo por medios estadounidenses, dejó varios titulares. En el arranque incluso bromeó con que el teleprompter “no funcionaba” y que hablaría “desde el corazón”, antes de subrayar que “esta es la edad de oro de América”. La crónica en vivo de CBS recogió literalmente esa frase y añadió que el presidente atribuyó el buen momento a los mercados, asegurando incluso que los precios de la cesta de la compra habían caído frente al inicio de su mandato. Los datos oficiales matizan ese punto: según la oficina de Estadísticas Laborales (BLS), los precios de alimentación en el hogar subieron un 2,7% interanual en agosto y los alimentos en general avanzaron un 0,5% en el mes, con subidas destacadas en frutas, verduras y carne. 

El tono en la sala contrastó con la advertencia del secretario general António Guterres, que habló de “una era de perturbación temeraria y sufrimiento humano implacable” y reclamó cooperación y cese de hostilidades en Gaza. Es el telón de fondo de un curso geopolítico en el que el conflicto israelí-palestino ha vuelto al centro del tablero y ha fracturado posturas en Occidente. 

Trump aprovechó para endurecer su posición sobre Palestina. Calificó el reconocimiento de un Estado palestino como “una recompensa para Hamás” y volvió a exigir la liberación de los rehenes. Sus palabras llegan justo después de que el Reino Unido, Canadá, Australia y Portugal anunciaran el 21 de septiembre el reconocimiento del Estado palestino, y de que Francia diera el paso el día 22 en el marco de la semana de la ONU. La secuencia, ampliamente documentada, eleva la presión sobre Washington y agranda la brecha transatlántica en este dossier. 

En el plano estrictamente económico, el relato triunfalista de la Casa Blanca convive con un cuadro más matizado: la Fed acaba de ejecutar un recorte preventivo de 25 puntos básicos y varios miembros insisten en que hay margen para seguir bajando tipos si la desinflación continúa, aunque la inflación ha repuntado en los últimos datos y el crecimiento se enfría. Los PMI compuestos de septiembre mostraron moderación de la actividad y mayor presión en costes por los aranceles, mientras el mercado laboral da señales de enfriamiento suave. Es decir, menos viento de cola del ciclo y más dependencia del músculo corporativo y de la inversión en IA para sostener las valoraciones. 

En lo político, la agenda de Trump en Nueva York incluye reuniones con líderes de países de mayoría musulmana para abordar Gaza, a la vez que se multiplican los gestos simbólicos y las fricciones logísticas propias de una semana de Alto Nivel en la ONU. El propio presidente ha intensificado su discurso crítico con “las instituciones globalistas” y con las políticas climáticas europeas, en un regreso a la primera línea multilateral que promete mantener alta la temperatura diplomática en los próximos meses.