Wall Street se desploma 300 puntos: ¿está el sistema financiero norteamericano al borde del colapso?
La Bolsa de Estados Unidos cerró con pérdidas contundentes este jueves luego de que el Senado no lograra aprobar un proyecto de ley de gastos que pusiera fin al cierre parcial del Gobierno y, sobre todo, tras revelaciones de pérdidas vinculadas a préstamos dudosos en bancos regionales. Zions Bancorporation registró cargos por créditos incobrables y Western Alliance inició demandas por supuestas prácticas fraudulentas, lo que encendió alarmas sobre el estado real de los balances bancarios. El nerviosismo se extendió a todos los mercados y situó al dólar bajo presión frente al euro.
La jornada comenzó con optimismo moderado, pero el ánimo cambió drásticamente cuando se confirmó que el Congreso seguía bloqueado y que no habría acuerdo inmediato para reabrir la Administración. El Dow Jones Industrial Average cayó 301 puntos, un descenso del 0,65 %. El Nasdaq 100 retrocedió un 0,36 % y el S&P 500 perdió un 0,63 %.
El golpe más duro vino del sector bancario regional. Zions Bancorporation anunció cargos relacionados con préstamos problemáticos, mientras Western Alliance reveló su exposición a un caso de fraude por parte de un prestatario. Estas revelaciones provocaron fuertes caídas en las acciones de ambas entidades y reavivaron los temores sobre la salud crediticia de los bancos medianos. Los inversores reaccionaron vendiendo posiciones en masa ante la posibilidad de que estas irregularidades sean un síntoma de un problema más profundo.
Las pérdidas de Zions superaron el 13 %, mientras Western Alliance se desplomó más del 10 %. El índice de bancos regionales KBW Bank Index cayó alrededor de un 6 %, su mayor descenso en semanas. Analistas financieros advirtieron que estas entidades podrían estar enfrentando una presión creciente por su exposición a préstamos comerciales e inmobiliarios, justo cuando los tipos de interés se mantienen elevados y la morosidad comienza a repuntar.
El escenario político tampoco ayudó. El fracaso del Senado para aprobar la ley de financiación mantiene paralizadas numerosas agencias federales, un factor que alimenta la volatilidad y mina la confianza de los mercados. Los inversores temen que la parálisis se prolongue y afecte al gasto público y a la actividad económica en el último trimestre del año.
Además, el dólar perdió terreno frente al euro, que se apreció un 0,36 % hasta cotizar en 1,169 dólares, reflejo del repliegue de capitales hacia activos considerados más estables. El oro y los bonos del Tesoro estadounidense repuntaron ligeramente, en una clara señal de búsqueda de refugio.
Aunque los analistas no hablan todavía de una crisis sistémica, el mercado sí percibe un riesgo creciente en los balances de los bancos medianos. Tras los episodios de tensión vividos en 2023 con la caída de Silicon Valley Bank, el sector sigue bajo la lupa por su dependencia del crédito corporativo y su limitada diversificación.
Por ahora, los grandes bancos —como JPMorgan o Goldman Sachs— mantienen posiciones sólidas y buenos resultados trimestrales, pero el deterioro de la confianza en la banca regional podría tener efectos secundarios si se prolonga. Las próximas semanas serán cruciales para determinar si se trata de un sobresalto puntual o del inicio de un nuevo ciclo de inestabilidad financiera.
En cualquier caso, el mensaje de los mercados fue claro: el sistema financiero estadounidense no es inmune a los riesgos políticos ni a las grietas crediticias. Los inversores exigen certezas, y por ahora, Washington y la banca mediana solo ofrecen dudas.