Golpe histórico en la guerra del streaming: Netflix entra en la recta final para quedarse con Warner Bros y HBO Max

Netflix pone un pie y medio en Warner Bros: así es el macroacuerdo que puede cambiar Hollywood

EPA/FILIP SINGER
Warner Bros. Discovery ha entrado en negociaciones exclusivas con Netflix para venderle sus estudios de cine y televisión y el negocio de streaming de HBO Max, en una operación valorada en torno a 28 dólares por acción que puede superar los 70.000 millones de dólares. Si el acuerdo se cierra, el gigante del streaming sumaría a su plataforma la mítica fábrica de contenidos de Harry Potter, DC y todo el catálogo de HBO, disparando su poder en Hollywood y encendiendo las alarmas de reguladores, competidores y creativos.

Lo que hace unas semanas parecía un rumor más en la consolidación del sector se ha convertido en el movimiento corporativo del año: Netflix ha ganado la puja frente a Paramount y Comcast y negocia en exclusiva con Warner Bros. Discovery la compra de sus estudios y de HBO Max. Según distintas filtraciones a la prensa estadounidense, la oferta se sitúa en una horquilla de 28–30 dólares por acción, mayoritariamente en efectivo, con un paquete que incluiría incluso una cláusula de ruptura multimillonaria si los reguladores vetan la operación.

En la práctica, hablamos de un cheque potencial de entre 70.000 y 75.000 millones de dólares por el corazón creativo de Warner: los estudios de Burbank, su gigantesca librería de cine y series y la joya de la corona en streaming, HBO Max. Para Netflix sería, con diferencia, la mayor adquisición de su historia y un giro estratégico respecto a su ADN tradicional de “constructor” orgánico más que comprador, tal y como el propio Ted Sarandos había repetido hasta hace apenas unos meses.

La lógica industrial es evidente. Netflix supera los 300 millones de suscriptores globales y lidera con holgura la “guerra del streaming”, pero sigue teniendo un talón de Aquiles: la falta de una librería histórica de propiedad propia tan profunda como la de los grandes estudios tradicionales. Warner, por su parte, cuenta con más de cien millones de abonados en sus plataformas de streaming, impulsados por HBO Max y sus lanzamientos internacionales. Unir ambos universos crearía un jugador con más de 400 millones de suscripciones agregadas y el control de franquicias como Harry Potter, El Señor de los Anillos, DC, Juego de tronos o Succession.

Netflix ya está intentando marcar el relato ante los reguladores: la compañía defiende que un paquete conjunto Netflix + HBO Max abarataría el coste del streaming para el usuario final y no reduciría de forma sustancial la competencia, porque la mayoría de clientes de HBO Max ya paga hoy por Netflix. Es decir, más sinergias y descuentos, y menos “monstruo monopólico” de lo que temen algunos críticos. Aun así, la suma de dos de los grandes actores del sector encaja de lleno en la agenda antimonopolio de Washington y Bruselas.

En paralelo, la operación no está exenta de batalla política y empresarial. Paramount, que llegó a poner sobre la mesa una oferta muy elevada por el conjunto de Warner Bros. Discovery, ha acusado al grupo de David Zaslav de favorecer de forma injusta a Netflix y ha reclamado la creación de un comité especial independiente que supervise la venta. Mientras tanto, Warner sigue adelante con su plan de escindir el negocio en dos compañías —una de estudios y streaming y otra de canales tradicionales como CNN o TNT— y buscar oxígeno para una deuda que ronda varias decenas de miles de millones de dólares.

El ruido no viene solo de los rivales. Asociaciones de directores, productores y otros actores clave de la industria han empezado a presionar al Congreso estadounidense para que analice con lupa el acuerdo, alertando de un posible “shock económico e institucional” en Hollywood si una sola compañía concentra tanto poder de negociación frente a actores, guionistas, técnicos y salas de cine. Algunas voces temen una nueva ola de recortes, simplificación de catálogos y menor diversidad creativa en favor de grandes franquicias globales fáciles de explotar en productos derivados, parques temáticos y videojuegos.

De momento, el mercado está en “modo cálculo”, más que en euforia. Los analistas apuntan a que las acciones de Netflix se mantienen cerca de máximos recientes, mientras Warner Bros. Discovery vive jornadas de elevada volatilidad, típicas de un activo en subasta con varios pretendientes sobre la mesa.