Claves del día: China niega pruebas nucleares, la IA se hunde en deuda y más sorpresas del 3i/Atlas
En una jornada marcada por la tensión geopolítica y la incertidumbre económica, China reafirma su compromiso con la no proliferación nuclear mientras la inteligencia artificial entra en terreno de deuda. Los mercados tiemblan ante el octavo mes consecutivo de contracción manufacturera en EE. UU., las dudas sobre Palantir y un nuevo aviso sobre Oracle, mientras el astrofísico Avi Loeb reaviva la polémica sobre el cometa 3I Atlas, que podría desafiar las leyes conocidas de la física.
El tablero global amanece dividido entre la prudencia y la sorpresa. Desde Pekín, el Gobierno chino ha intentado frenar la espiral de tensión nuclear que enfrenta a Rusia y Estados Unidos, reafirmando su política de no realizar pruebas nucleares y defendiendo su compromiso histórico con los tratados de no proliferación. En un momento en el que Moscú y Washington refuerzan sus arsenales y aumentan las pruebas de armamento estratégico, el gesto de China busca calmar la escalada y posicionarse como actor responsable ante la comunidad internacional.
Sin embargo, los mercados financieros no respiran el mismo aire de calma. El último informe manufacturero de Estados Unidos confirmó una contracción por octavo mes consecutivo, lo que alimenta los temores de una recesión técnica en la economía real. En paralelo, la economía digital y el sector tecnológico parecen vivir en otro universo, impulsados por la inversión masiva en inteligencia artificial, aunque con un coste: el endeudamiento acelerado de las grandes compañías del sector.
El boom de la IA se está financiando a base de deuda, advierten analistas, y eso empieza a generar alarma. Los costes de capital para sostener el desarrollo de chips, centros de datos y modelos generativos están creciendo a un ritmo más rápido que los beneficios inmediatos. Las últimas cifras revelan que algunas empresas del Nasdaq han multiplicado por tres su exposición a deuda en los últimos dos años, una tendencia que, según los expertos, podría generar un “efecto burbuja” similar al vivido con las puntocom.
Los focos también apuntan a Palantir, una de las compañías más observadas por los inversores tras sus recientes resultados trimestrales. Su modelo de negocio, centrado en analítica de datos y contratos gubernamentales, está siendo cuestionado por su exposición al gasto público en un contexto de parálisis presupuestaria en Washington. Al mismo tiempo, los Credit Default Swaps (CDS) de Oracle se han disparado, señal de que el mercado empieza a cubrirse ante un posible deterioro crediticio de la empresa, que arrastra problemas de rentabilidad en medio del incremento de su gasto en infraestructura cloud.
En divisas y materias primas, la mañana trajo movimientos inesperados. El dólar roza la barrera psicológica de los 100 puntos, mientras el oro, que había sido refugio durante la incertidumbre, pierde el nivel de los 4.000 dólares, aunque intenta estabilizarse. La divergencia entre la economía productiva, que se debilita, y la tecnológica, que se expande sobre bases financieras frágiles, marca un nuevo punto de tensión entre el dinero real y el dinero digital.
A pesar de la cautela general, el acuerdo entre Amazon y OpenAI inyectó algo de optimismo. El pacto, valorado en 38.000 millones de dólares, promete consolidar la colaboración entre inteligencia artificial y servicios cloud, reforzando el liderazgo de Amazon Web Services (AWS) en el sector. Sin embargo, algunos analistas ven en estos acuerdos una “rueda circular” de inversión, donde las grandes tecnológicas se compran servicios entre sí sin generar verdadero valor neto para el mercado.
En el terreno científico, el día ofrece un giro inesperado digno de una novela de ciencia ficción. El astrofísico de Harvard Avi Loeb vuelve a situarse en el centro del debate tras afirmar que el cometa 3I Atlas podría no ser un objeto natural. Según Loeb, el cuerpo celeste muestra una aceleración no gravitacional y un brillo azul anómalo, características que desafían la física convencional. El investigador sostiene que el cierre del Gobierno estadounidense ha impedido que la NASA publique las imágenes de alta resolución, lo que alimenta el misterio.
Loeb, que ya en 2017 sugirió que el objeto interestelar ‘Oumuamua’ podría tener origen artificial, se muestra cauteloso, pero pide mantener la mente abierta: “No afirmo que sea una nave, pero sería un error descartar hipótesis sin evidencia completa”. Su comentario ha dividido a la comunidad científica y reavivado el debate sobre la posibilidad de que algunos objetos interestelares no sean del todo naturales.
En conjunto, el panorama global que dibujan las Claves del Día es de alta volatilidad e incertidumbre estructural. La tensión geopolítica se combina con una economía real debilitada, un sector tecnológico endeudado y un frente científico que desafía lo conocido. Con la Reserva Federal aún dividida sobre su próxima decisión de tipos y los mercados buscando dirección entre la deuda y la inteligencia artificial, los inversores se preparan para una semana donde cualquier dato —o incluso cualquier cometa— puede cambiar el rumbo del mercado.