Claves del día: Trump golpea a Putin, amenaza nuclear de Rusia y las nuevas cucarachas financieras
Estados Unidos endurece su ofensiva económica contra Rusia con sanciones históricas a Rosneft y Lukoil, mientras Moscú responde con una advertencia nuclear. En paralelo, la quiebra de un nuevo prestamista subprime sacude a Wall Street y reaviva los temores de contagio financiero.
Estados Unidos ha dado un golpe directo al corazón energético de Rusia. La Casa Blanca anunció sanciones “muy severas” contra Rosneft y Lukoil, las dos mayores petroleras del país, en un movimiento que Donald Trump defendió como una estrategia para forzar un alto el fuego “inmediato” en Ucrania. Las medidas, lideradas por el secretario del Tesoro Scott Bessent, incluyen sanciones secundarias para intermediarios y buscan cortar la financiación del Kremlin. Sin embargo, Trump desmintió los rumores sobre el envío de misiles de largo alcance para atacar dentro de Rusia, asegurando que “ningún proyectil estadounidense será disparado sobre suelo ruso”.
El giro geopolítico se produce tras la cancelación de la cumbre Trump–Putin en Budapest, una cita que, según el mandatario, “no era el momento adecuado”. Aun así, la estrategia de Washington mezcla presión máxima con una puerta abierta a la negociación: sancionar al petróleo ruso, pero ofrecer una tregua si Moscú cede. “Putin quería todo”, dijo Trump, subrayando que las sanciones apuntan a “la fuente de oxígeno de Rusia”.
Desde Moscú, la respuesta no se hizo esperar. El viceministro Serguéi Ryabkov advirtió que, si fracasa el proyecto ruso “New Star”, diseñado como nuevo marco de desescalada nuclear, el país “aumentará su nivel de alerta nuclear”. Trump respondió con firmeza, asegurando que Estados Unidos mantiene “el arsenal más avanzado del planeta” e insinuando que China podría unirse a futuras conversaciones sobre control de armas.
En el frente ucraniano, siete muertos en Kiev marcaron otra jornada de ataques cruzados con drones y misiles, mientras el Tesoro estadounidense detallaba las sanciones. El objetivo: asfixiar la maquinaria energética rusa y bloquear los activos de sus filiales bajo jurisdicción estadounidense, advirtiendo a bancos extranjeros del riesgo de represalias si facilitan transacciones.
En paralelo, la situación económica interna de EE. UU. se complica. Sin nuevos datos oficiales por el cierre gubernamental, la banca de Wall Street calcula una inflación interanual del 3,1%, reduciendo el margen de la Reserva Federal para bajar tipos. La deuda nacional supera ya los 38 billones de dólares, y el dólar fuerte presiona al euro.
En los mercados financieros, aparece una nueva “cucaracha” en el crédito subprime: Prima Capital Partners, un prestamista de autos de alto riesgo, se declaró en quiebra tras impagar intereses, despertando el fantasma de contagios en el sistema bancario. La caída se suma a una serie de colapsos recientes que evocan la fragilidad previa a la crisis de 2008.