Diplomacia al límite: EE. UU. presiona a Rusia para avanzar hacia una tregua aérea
Steve Witkoff, enviado especial de EE. UU., se encuentra en Moscú iniciando conversaciones clave con el Kremlin. A solo dos días del ultimátum lanzado por Donald Trump, se abre la posibilidad de un primer paso hacia el fin de la guerra en Ucrania.
Steven Witkoff, enviado especial de Estados Unidos, ya se encuentra en Rusia, donde ha comenzado una ronda de conversaciones con su homólogo ruso en un momento de máxima tensión diplomática. Sobre la mesa, un objetivo ambicioso: alcanzar un acuerdo de alto el fuego que ponga fin —o al menos pause— el conflicto en Ucrania. El Kremlin estaría explorando una tregua aérea, un gesto que, aunque limitado, supondría el mayor avance diplomático desde el inicio de la guerra.
Este planteamiento consistiría en detener los ataques aéreos, especialmente aquellos ejecutados mediante drones, elemento clave que ha definido el curso del conflicto en los últimos años. Si bien no sería un alto el fuego completo, sí marcaría un punto de inflexión estratégico. Sería, además, un primer movimiento para preparar el terreno de una negociación más amplia.
El momento es clave. Donald Trump ha puesto fecha límite: 8 de agosto. El expresidente y actual candidato republicano exige un paso firme hacia el fin de las hostilidades. De no cumplirse, EE. UU. aplicaría un paquete de sanciones más severo que el actual, extendido no solo a Rusia, sino también a países considerados aliados de Moscú, como India o China.
El trasfondo diplomático de este movimiento no es menor. Trump, que ha prometido resolver los conflictos internacionales “en 24 horas”, ha desplegado una estrategia de presión combinada: sanciones, diplomacia directa y maniobras económicas. En paralelo, Washington estudia extender el actual periodo de pausa en la guerra comercial con China, buscando mantener abiertos los canales de negociación mientras aumenta la presión sobre el eje Moscú-Pekín-Nueva Delhi.
Witkoff ya ha comenzado sus encuentros en Moscú, en lo que se considera una visita decisiva. No es la primera vez que el diplomático actúa como enlace directo entre ambas potencias, pero esta vez las expectativas son significativamente más altas. Desde el Kremlin, se ha calificado el diálogo como útil, aunque con cautela. En Ucrania, sin embargo, la reacción ha sido crítica: el presidente Zelenski acusa al enviado estadounidense de alinearse con intereses rusos al abrir la puerta a concesiones sobre territorios ocupados como Crimea o Donetsk.
Mientras tanto, el contexto económico también acompaña al movimiento diplomático. El petróleo cae tras conocerse estos contactos, el déficit comercial de EE. UU. con China se reduce a mínimos históricos y los mercados mantienen una calma relativa en un agosto atípicamente activo en el plano geopolítico.
La estrategia de Trump apunta a dar pasos visibles en la resolución del conflicto ucraniano antes de cerrar el verano. Si se confirma la tregua aérea, marcará un giro decisivo en la narrativa del conflicto. Si fracasa, el escenario de sanciones y escalada comercial podría tensar aún más el tablero global.