TRUMP EN LA ONU, POWELL Y LA OCDE

Claves del día: Trump sacude la ONU con un giro de 180 grados: "La OTAN debe derribar los aviones rusos si invaden su espacio aéreo"

El expresidente Donald Trump protagoniza una jornada de alta tensión en la Asamblea General de la ONU, marcando un cambio de rumbo radical en su postura sobre la guerra de Ucrania.

El huracán Trump ha arrasado la Asamblea General de Naciones Unidas en su 80 aniversario, dejando un reguero de titulares que reconfiguran el panorama geopolítico y adelantan la que sería su política exterior si regresa a la Casa Blanca. El cambio más significativo ha sido su vuelco total de 180 grados respecto a la guerra en Ucrania.

Un Vuelco Inesperado en la Estrategia sobre Ucrania

En una declaración que ha dejado perplejos a analistas y diplomáticos, Donald Trump afirmó contundentemente que los países de la OTAN deberían derribar los aviones de combate rusos si estos violan su espacio aéreo. Esta nueva postura, mucho más beligerante, entierra definitivamente su anterior mensaje de buscar una paz rápida. «Se acabó, punto y final», sentenció el presentador José Vizner, describiendo la nueva posición de Trump como una en la que «se lava las manos como Pilatos» y delega toda la responsabilidad del conflicto en Europa.

Este giro fue reforzado a través de un comunicado en su red social, donde aseguró que, tras comprender la situación, cree que Ucrania «está en condiciones de luchar y recuperar toda su forma original» con el apoyo financiero de la Unión Europea y la OTAN. En el mismo texto, calificó a Rusia como un «tigre de papel» que una potencia militar real debería haber derrotado «en menos de una semana», y animó a Ucrania a actuar ahora que Putin y Rusia «están en graves problemas económicos».

La reacción no se hizo esperar. El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, presente en la asamblea, se mostró alineado con esta nueva dureza, insistiendo en que «durante esta guerra necesitamos más presión y más sanciones» y pidiendo a Estados Unidos y Europa que apoyen la idea de evitar la compra de petróleo y gas rusos.

Duras Críticas a la ONU y a los Aliados Europeos

Trump no se guardó críticas para la organización anfitriona. Calificó a la ONU de «desastre», de ser solo «palabras vacías» y de no aprovechar su «tremendo potencial». Su descontento fue tal que llegó a protagonizar un «boicot» simbólico, cuando se encontró con una escalera mecánica y un teleprompter que no funcionaban.

El expresidente también arremetió contra las políticas de la ONU en materia de cambio climático, que calificó de «estafa», y contra su gestión de la inmigración. A este respecto, acusó a la organización de «ayudar a los migrantes ilegales y de atacar a Occidente». Sobre Europa, aseguró que la inmigración masiva y las «ideas energéticas suicidas» llevarán al continente «a la ruina».

El conflicto en Gaza también fue un punto central. Trump reafirmó su apoyo incondicional a Israel y condenó duramente a los países aliados como Francia, Reino Unido o Canadá por reconocer el Estado palestino, una acción que considera una «recompensa a Hamás» por sus «atrocidades». En contraste, el presidente francés, Emmanuel Macron, defendió su postura, afirmando que «reconocer un estado palestino no es un tabú para Francia», aunque matizó que debe hacerse en un «momento útil» que cree un impulso decisivo, algo que, en su opinión, no ha ocurrido ahora.

El Frente Económico y el Eje con Milei

En el plano económico, las declaraciones de Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal, chocaron con el discurso de Trump. Powell afirmó que los aranceles mantendrán la inflación alta y que «no están garantizados nuevos recortes en las tasas de interés». Subrayó que «la incertidumbre en torno a la trayectoria de la inflación sigue siendo alta» y que no hay un «camino libre de riesgos» para la política monetaria.

Por otro lado, Trump respaldó públicamente la política de Javier Milei en Argentina. «Es un muy buen amigo, luchador y ganador, y tiene mi completo y total respaldo para la reelección», afirmó, alabando cómo ha devuelto la estabilidad a una economía que heredó en un «desastre total». Este apoyo se enmarca en un momento delicado para la economía argentina y en una creciente pugna por la influencia en la región entre Estados Unidos y China.

La jornada de ayer en Naciones Unidas ha dejado claro que el orden global está en un punto de inflexión. Con un Donald Trump que redefine alianzas y estrategias, una ONU cuestionada en su eficacia y un mundo dividido entre la paz, el desarrollo y los conflictos crecientes, el futuro se presenta cada vez más incierto y polarizado.