Bitcoin lidera el miedo y arrastra a Wall Street: el S&P 500 rompe soportes clave y aumenta el riesgo técnico
El desplome del bitcoin vuelve a estar en el radar de los operadores bursátiles porque su caída ya no es un fenómeno aislado del mundo cripto. Desde el máximo histórico del 6 de octubre, la mayor criptomoneda se ha hundido más de un 36%, y su violenta liquidación del 10 de octubre —la mayor de la historia— ha reactivado un patrón clásico de mercado: cuando el activo más especulativo se rompe, el resto empieza a temblar. El resultado ya se nota en Wall Street, con un S&P 500 perdiendo referencias técnicas relevantes tras el giro bajista de ayer.
Bitcoin como señal adelantada de aversión al riesgo
Lo que preocupa a los traders no es solo el tamaño de la caída, sino su encaje en el ciclo. Bitcoin encadenó un histórico rally en 2025 y llegó a superar los 120.000–126.000 dólares en octubre. Desde entonces, el precio ha entrado en una corrección profunda, acelerada por una cascada de liquidaciones apalancadas el 10 de octubre que borró decenas de miles de millones en posiciones forzadas. Ese tipo de eventos suele dejar dos efectos: primero, daño técnico en el propio activo; segundo, necesidad de algunos inversores de vender otros activos para cubrir pérdidas.
En el mercado ya se habla abiertamente de “ventas cruzadas”: si un gestor o una mesa de trading estaba larga de cripto con apalancamiento, el pinchazo puede obligarle a recortar riesgo en acciones, especialmente en tecnología, que ha sido el gran motor de este año. Es el viejo guion de contagio, solo que con un protagonista nuevo.
De máximos históricos al “todo cuesta abajo”
Hay un detalle que refuerza esa lectura. Tras el cierre récord del bitcoin del 6 de octubre, los grandes ganadores del año empezaron también a girarse. El oro marcó máximos poco después, el S&P 500 hizo techo el 28 de octubre y el Nasdaq, el Mag 7 ETF, el sector tecnológico y Nvidia tocaron récord el 29 de octubre. Desde entonces, la secuencia ha sido casi lineal: subidas agotadas y ventas.
Por eso el bitcoin se ha convertido en una variable de vigilancia para el lado alcista del mercado. No porque la bolsa dependa de él, sino porque su comportamiento refleja el pulso del riesgo en versión extrema. Si bitcoin no encuentra suelo, la lectura para los traders es sencilla: la aversión al riesgo no ha terminado.
El S&P 500 rompe la media de 100 días
El daño técnico en acciones ya es visible. El jueves, la volatilidad diaria del S&P 500 se disparó hasta un rango del 3,56%, la lectura más alta desde el 10 de abril. El índice terminó en 6.538,76 puntos, situándose por debajo de su media móvil de 100 días (6.544,39) por primera vez desde el 9 de mayo. Esta pérdida técnica llegó con el S&P acumulando una caída del 5,1% desde su cierre récord.
En términos de análisis técnico, no es un detalle menor: la 100-DMA suele funcionar como línea psicológica de tendencia. Perderla no garantiza una corrección mayor, pero sí eleva la probabilidad de que el mercado entre en fase de consolidación o ajuste más duro si no la recupera rápido.
Niveles clave: resistencias arriba, soportes abajo
Desde este punto, el mapa técnico queda bastante claro. La primera resistencia relevante aparece en el mínimo del 7 de noviembre (6.631,44). Por encima, la media de 50 días —ya en la zona de 6.650— se convierte en obstáculo inmediato, y el máximo del jueves en 6.770,35 pasa a ser el muro fuerte que el mercado tendría que romper para retomar la narrativa alcista de octubre.
Si la presión bajista se reactiva, el soporte técnico más vigilado está en el retroceso de Fibonacci del 23,6% del rally abril–octubre, cerca de 6.428 puntos, con otra referencia de soporte técnico de largo plazo en el área de 6.425. Una caída hacia la media de 200 días, en torno a 6.165, pondría al índice a un 10,9% del máximo histórico intradía, es decir, peligrosamente cerca de una corrección del 10% que muchos ya definen como “corrección formal”.
La Fed sostiene el rebote, pero no borra el riesgo
Hoy, los futuros rebotan alrededor del 0,5% después de que John Williams (Fed de Nueva York) reabriera la puerta a un recorte “en el corto plazo”. Eso ayuda a estabilizar, pero el mercado sigue atrapado entre dos fuerzas: tipos todavía restrictivos y riesgo técnico creciente en bolsa, justo cuando bitcoin sigue sin estabilizarse del todo.
Conclusión: bitcoin no es el motor de Wall Street, pero sí el termómetro más sensible de la confianza especulativa. Y cuando ese termómetro se rompe, la renta variable lo acusa. Si el cripto-líder logra estabilizarse, el mercado puede respirar. Si no, el S&P ya ha dejado claro que tiene el suelo más cerca de lo que parecía hace un mes.