El Caribe se prepara ante el devastador huracán Melissa

El huracán Melissa golpea el Caribe con fuerza descomunal y lentitud peligrosa

DIRECTO | EL HURACÁN MELISSA ARRASA EL CARIBE: LA ONU AVISA DE QUE VIENE "LA TORMENTA DEL SIGLO"

El huracán Melissa, ya en categoría 5, avanza lentamente y desata una tormenta histórica sobre el Caribe. La ONU advierte sobre un desastre sin precedentes mientras Jamaica implementa evacuaciones ante la tormenta que podría ser tan destructiva como Harvey o Florence.

El Caribe vuelve a estar en el ojo de la tormenta, literal y figuradamente. El huracán Melissa, que ha escalado a categoría 5 con vientos feroces de hasta 260 km/h, amenaza con dejar huella también por su lento avance. No es solo la fuerza, sino ese avance pausado, de alrededor de 5 a 7 kilómetros por hora, lo que complica aún más la situación.

¿Qué consecuencias tiene?
Lluvias continuas, inundaciones que no dan tregua y daños colosales en infraestructura y comunidades. Es un cóctel que la región ha padecido antes, pero que nunca deja de causar el mismo escalofrío.

Una tormenta sin precedentes, dicen expertos y la ONU
Los meteorólogos no se andan con rodeos: llaman a Melissa "la tormenta del siglo", una advertencia que no debe tomarse a la ligera. Comparan su posible impacto con huracanes devastadores del siglo XXI como Harvey en 2017 o Florence en 2018. ¿Pero qué la hace diferente? Su persistencia sobre zonas críticas, amplificando las destrucciones más allá de la fuerza del viento.

Jamaica no ha esperado a ver para creer y ya ha ordenado evacuaciones obligatorias en varias zonas. La prioridad es reducir las pérdidas humanas y prepararse para un escenario que, aunque conocido, siempre tiene matices que requieren máxima atención.

El peligro de la lentitud
Precisamente, el avance pausado de Melissa es un fenómeno preocupante. Mientras los vientos azotan sin descanso, la tormenta permanece sobre ciertas regiones por horas y horas, descargando cantidades monstruosas de lluvia. Esto propicia impactos múltiples: inundaciones, cortes eléctricos, derrumbes y, en su peor expresión, una paralización casi total de la actividad diaria.

Tener un huracán así no es solo un asunto meteorológico, es un desafío social y logístico enorme. Preparar refugios, asegurar recursos básicos y mantener la calma en la población son tareas que requieren coordinación urgente.

Contexto regional y económico
El Caribe, con su clima tropical y economía dependiente en buena medida del turismo y la agricultura, sufre cuando fenómenos como Melissa golpean tan fuerte. Las pérdidas materiales pueden traducirse en retrocesos significativos para varios países, especialmente los más vulnerables.

Además, en medio de un mundo que enfrenta crisis económicas y desafíos climáticos, cada huracán se ha convertido en una prueba de resistencia para las naciones isleñas. Recuperar lo destruido no es tarea fácil y demanda fondos, tiempo y solidaridad internacional.