El índice industrial avanza alrededor de un 0,3% mientras el S&P 500 y el Nasdaq quedan rezagados por el repunte de la rentabilidad del bono a diez años.

El Dow Jones lidera una semana volátil en Wall Street pese a la presión de los bonos

EPA/JUSTIN LANE

Wall Street cerró una semana marcada por fuertes oscilaciones con el Dow Jones a la cabeza, logrando una subida cercana al 0,3% y consolidándose como el índice más resistente del mercado estadounidense. El S&P 500 apenas consiguió un avance próximo al 0,1%, mientras que el Nasdaq Composite retrocedió alrededor de un 0,5%, castigado por la corrección en los valores de crecimiento. Todo ello se produjo con la rentabilidad del bono del Tesoro a diez años en torno al 4,15%, encadenando una subida semanal que volvió a presionar a los sectores más sensibles a los tipos de interés. En este contexto, sólo unos pocos segmentos defensivos, entre ellos la sanidad, lograron mantenerse claramente en positivo.

La semana dejó una imagen de mercado dividida: por un lado, el optimismo por futuros recortes de tipos y el fin del cierre del Gobierno; por otro, el nerviosismo que provocan unos tipos aún elevados y unas valoraciones exigentes, sobre todo en las grandes tecnológicas. Mientras el Dow Jones se benefició de su mayor exposición a sectores industriales y defensivos, la atención técnica de los operadores siguió centrada en las medias móviles clave del S&P 500 y el Nasdaq, que volvieron a actuar como niveles de referencia tras un intenso rally anual.

Comportamiento de los índices

El Dow Jones Industrial Average se erigió como el índice más sólido de la semana, apoyado en el buen tono de varios valores industriales, financieros y de consumo defensivo. Su avance de en torno al 0,3% contrasta con la debilidad del Nasdaq y la práctica neutralidad del S&P 500, lo que refuerza la idea de una rotación parcial hacia sectores menos expuestos a la subida de los tipos.

El S&P 500 consiguió mantenerse por encima de su media móvil de 50 días (50-DMA), superando una nueva prueba técnica pese a la volatilidad intradía. El Nasdaq Composite, más presionado, también encontró apoyo en esa referencia técnica, limitando las caídas semanales. Todo ello con la rentabilidad del Treasury a 10 años alrededor del 4,15%, movimiento que sigue condicionando las valoraciones de los activos de riesgo y, en particular, de los valores de crecimiento.

Sanidad y biotecnología destacan

En contraste con la debilidad de otros segmentos, el sector sanitario (S5HLTH) se situó entre los ganadores de la semana, con una subida próxima al 3,9%. Las acciones de Eli Lilly (LLY) marcaron máximos históricos impulsadas por las perspectivas de «múltiples oleadas» de adopción de sus tratamientos contra la obesidad, un área que concentra un fuerte interés inversor y márgenes potencialmente elevados.

El impulso se trasladó al índice Nasdaq Biotech (NBI), que alcanzó máximos históricos con una subida semanal superior al 4%. Este comportamiento reabre el debate sobre si los sectores defensivos y ligados a la salud pueden empezar a compartir protagonismo con la inteligencia artificial y la tecnología, que han sido los motores principales de las subidas bursátiles en lo que va de año.

Tecnología y chips bajo presión mixta

El sector tecnológico (S5INFT) avanzó en torno a un 0,5% en la semana, pero con una fuerte dispersión entre compañías. Cisco (CSCO) tocó su máximo en 25 años tras elevar sus previsiones para 2026, apoyada en la sólida demanda de equipos de red vinculados a proyectos de IA y centros de datos.

En el segmento de semiconductores, AMD (AMD) se disparó al proyectar hasta 100.000 millones de dólares anuales en ventas de procesadores para centros de datos en un horizonte de cinco años, dentro de un mercado que la compañía estima cerca de 1 billón de dólares. En sentido contrario, Nvidia (NVDA) cayó el martes tras conocerse que SoftBank (9984) vendió su participación restante por unos 5.830 millones de dólares, aunque logró cerrar la semana con una ganancia cercana al 1%. Applied Materials (AMAT), fabricante de equipos para la industria de chips, llegó a caer el viernes pero acabó en positivo tras advertir de que el gasto en China se reducirá en 2026 por el endurecimiento de las restricciones estadounidenses. Aun así, perdió alrededor de un 2% en la semana y el índice de semiconductores (SOX) cedió cerca de un 2%, reflejando la presión regulatoria y de ciclo de inversión.

Consumo y distribución, señales mixtas

En el ámbito defensivo, los bienes de consumo básico (S5CONS) registraron un avance aproximado del 0,6%, apoyando el mejor comportamiento relativo del Dow Jones, cuya composición incorpora un peso relevante de este tipo de compañías. Sin embargo, Walmart (WMT) se vio presionada tras anunciar la retirada de su consejero delegado, Doug McMillon, tras aproximadamente una década al frente del grupo, lo que motivó cierta toma de beneficios.

El consumo discrecional (S5COND) fue uno de los sectores más castigados, con un descenso cercano al 2,7%. Home Depot (HD) y Lowe’s (LOW) retrocedieron después de que Stifel recortara sus precios objetivo, aludiendo a unas ventas comparables más débiles y a un retraso en la esperada recuperación de la categoría de mejoras para el hogar. En cambio, Nike (NKE) repuntó tras un cambio de recomendación al alza por parte de Wells Fargo, que destacó una mayor visibilidad sobre la evolución del negocio y sus márgenes.

Banca, criptoactivos y telecomunicaciones

El sector financiero (SPF) terminó la semana con una caída de alrededor del 0,7%. Dentro del segmento, la plataforma de criptomonedas Coinbase (COIN) se situó entre los peores valores, al perder cerca de un 8% en paralelo a un descenso del bitcoin hasta su nivel más bajo en seis meses, lo que reavivó las dudas sobre la solidez del último tramo del rally cripto.

En servicios de comunicación (S5TELS), el balance también fue negativo, con un retroceso próximo al 0,8%. Disney (DIS) cayó tras presentar unos ingresos trimestrales por debajo de lo esperado y advertir de un posible conflicto de distribución prolongado con YouTube TV, añadiendo incertidumbre a su división de contenidos. Por el contrario, Verizon (VZ) subió después de que trascendiera un plan para recortar alrededor de 15.000 puestos de trabajo en el marco de la reorganización liderada por su nuevo consejero delegado, Schulman, medida que el mercado interpretó como un esfuerzo para mejorar la eficiencia y los márgenes.

Sentimiento, balance anual y perspectivas

Más allá de los movimientos sectoriales, la semana estuvo marcada por un repunte del pesimismo entre los inversores minoristas. El porcentaje de participantes bajistas en las encuestas de sentimiento alcanzó un nivel calificado de «inusualmente alto», un dato que algunos analistas interpretan como potencialmente constructivo desde un enfoque contrarian, siempre que las expectativas de beneficios se mantengan.

En lo que va de año, la foto sigue dominada por los sectores de crecimiento: la tecnología sube alrededor de un 24,5%, seguida por servicios de comunicación (22,7%) y utilities (16,8%). Los industriales, clave en el Dow Jones, avanzan en torno al 15,2%, mientras que el S&P 500 suma cerca de un 14,5%. Por detrás se sitúan sanidad (10,1%), finanzas (8,3%), energía (7,1%) y materiales (3,6%), con consumo discrecional en torno al 2,7% y bienes de primera necesidad e inmobiliario prácticamente planos, cerca del 0,8%.

El papel del Dow

El Dow Jones emerge de esta semana volátil como el índice que mejor ha resistido la combinación de tipos de interés elevados, rotación sectorial y correcciones en tecnología y consumo discrecional. Su estructura más diversificada y su mayor peso en compañías industriales, financieras y de consumo básico han actuado como amortiguador frente a la presión sobre los valores de crecimiento.

El balance final apunta a un mercado que sigue apoyado por la narrativa de futuros recortes de tipos y el impulso de la inteligencia artificial, pero que muestra signos de fatiga tras un rally prolongado. En este escenario, la capacidad del Dow Jones para mantener el tono positivo se convierte en un termómetro relevante del apetito por sectores más tradicionales y defensivos, mientras los inversores evalúan si la rotación actual es temporal o el inicio de un cambio de liderazgo más duradero en Wall Street.