Wall Street titubea al cierre de 2025: el Dow Jones se enfría, la tecnología afloja y la Fed vuelve al centro del escenario
El sector de informática y tecnología (S5INFT) cae alrededor de un 0,7 %, con nombres ligados a la IA como Nvidia, Broadcom o Palantir retrocediendo entre un 1,5 % y un 2 %, mientras Tesla pierde cerca de un 1,8 % tras marcar máximos la semana pasada. Al mismo tiempo, el índice de Materiales (S5MATR) baja en torno a un 1 % arrastrado por el desplome de oro y plata, y el sector energético (SPN) se convierte en el gran ganador del día con una subida de alrededor del 1,2 %, impulsado por un repunte superior al 2 % en el precio del crudo.
La tecnología se toma un respiro
Tras semanas de protagonismo absoluto, la “gran tech” levanta el pie del acelerador. El subíndice de información tecnológica del S&P 500 cae cerca de un 0,7 %, con:
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Nvidia (NVDA) bajando en torno a un 1,7–1,8 %.
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Broadcom (AVGO) retrocediendo cerca de un 1 %.
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Palantir (PLTR) cediendo algo más de un 2 %.
Pese a este bache, algunos gestores insisten en que no es el final del dominio tecnológico, sino una corrección dentro de un ciclo alcista más amplio. Su argumento: excluyendo casos particulares como Tesla, los grandes nombres del sector seguirían sin valoraciones excesivas si se comparan con su tasa de crecimiento, el “moat” competitivo y su fortaleza financiera.
Tesla, por su parte, corrige alrededor de un 1,8 % tras sus máximos recientes y arrastra al sector de consumo discrecional (S5COND), que también cotiza en rojo.
Oro y plata pasan del récord al castigo
El otro gran foco de la sesión está en los metales preciosos. Tras marcar máximos históricos la semana pasada, el oro encadena una caída de más del 4,5 %, mientras que la plata se desploma con fuerza después de haber superado los 80 dólares por onza por primera vez.
El resultado es un castigo severo para los mineros de oro y plata, que empujan al índice de Materiales a pérdidas cercanas al 1 %. El giro ilustra la volatilidad de unos activos que, en pocas sesiones, han pasado de ser refugio estrella a epicentro de la recogida de beneficios.
Energía toma el relevo
En contraste, el sector energético es el gran beneficiado del día. El subíndice SPN gana alrededor de un 1,2 %, apoyado en un repunte del petróleo superior al 2 %. En un contexto de dudas sobre el “rally de Santa” y de corrección en tecnología y metales, la energía se convierte en el nuevo polo de atracción para parte del capital rotando dentro del índice.
Los sectores defensivos del S&P 500 también muestran cierto tono firme, en línea con una sesión de sesgo prudente: menos apetito por riesgo, pero sin una huida masiva de la renta variable.
Un bull market cansado, pero intacto
Las caídas llegan después de que el S&P 500 se situara a poco más de un 1 % del simbólico nivel de los 7.000 puntos y de que el Dow Jones registrara un máximo histórico de cierre la semana anterior.
Pese al tropiezo, el balance del año sigue siendo contundente:
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El S&P 500 acumula una subida cercana al 17 % en 2025.
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Los tres grandes índices —Dow, S&P y Nasdaq— se encaminan a su tercer año consecutivo de ganancias.
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Dow y S&P 500 apuntan a su octavo mes seguido en positivo.
El bull market iniciado en octubre de 2022 se mantiene, sostenido por el entusiasmo en torno a la inteligencia artificial, la expectativa de recortes de tipos el próximo año y una economía estadounidense resistente, pese a la volatilidad y a las dudas recurrentes sobre las valoraciones de la tecnología.
En la sesión de hoy, la amplitud de mercado refleja un tono más frágil: los valores en descenso superan claramente a los que suben —en ratios cercanas a 1,8 a 1 en la NYSE y 2,5 a 1 en el Nasdaq—, y aunque el S&P 500 registra nueve máximos de 52 semanas y un mínimo, el Nasdaq suma muchos más nuevos mínimos que máximos, señal de un avance cada vez más concentrado.
La Fed y sus actas, protagonistas de una semana tranquila
En el plano macroeconómico, la agenda de esta semana es ligera en datos, lo que coloca a las actas de la última reunión de la Reserva Federal en el centro de atención.
En ese encuentro, un Comité Federal de Mercado Abierto dividido decidió recortar los tipos de interés, pero dejó claro que no contempla una serie rápida de nuevas bajadas a corto plazo. La Fed quiere más claridad sobre:
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Un mercado laboral que muestra signos de debilitamiento gradual.
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Una inflación que «sigue algo elevada».
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Una economía que, según sus propias previsiones, podría coger más impulso en 2026.
El mercado, sin embargo, no compra del todo el mensaje: los futuros de fondos federales descuentan entre dos y tres recortes de 25 puntos básicos para el próximo año, con probabilidades casi al 50 % de que el primero llegue ya en marzo. Esa brecha entre la retórica aún “hawkish” de la Fed y las expectativas de los inversores podría aclararse —o ampliarse— con la publicación de las actas.
Todo ello se produce con un rendimiento del Treasury a 10 años en torno al 4,11 %, un dólar ligeramente al alza, bitcoin prácticamente plano y el crudo consolidando su salto de más del 2 %. Los volúmenes de negociación son bajos, como suele ocurrir en una semana festiva, con los mercados estadounidenses cerrados el jueves por Año Nuevo.
En este contexto, la gran incógnita es si, pese a este titubeo inicial, la legendaria “Santa Claus rally” logrará imponerse en los pocos días que quedan de 2025 o si, por esta vez, el trineo de Santa se conformará con cerrar un año brillante… pero sin fuegos artificiales finales.