Geopolítica y chips: China intensifica su estrategia tecnológica

Beijing ordena detener compras de chips Nvidia y apuesta por la autosuficiencia en IA

Beijing ordena detener compras de chips Nvidia y apuesta por la autosuficiencia en IA

El regulador de Internet de China ha instruido a gigantes tecnológicos como Alibaba o ByteDance para que cancelen pedidos del RTX Pro 6000D de Nvidia y suspendan nuevas compras de sus procesadores de inteligencia artificial. La decisión marca un giro más firme hacia los procesadores nacionales, en un momento de creciente tensión por las restricciones de exportación de EE.UU. y la rivalidad global en el campo de la IA.

Beijing ha dado un paso más en su empeño por consolidar una cadena tecnológica propia y reducir la dependencia de hardware extranjero. Según reportes del Financial Times y Reuters, la Cyberspace Administration of China (CAC) ha emitido una orden esta semana para que importantes compañías nacionales suspendan las compras y cancelen los pedidos existentes de los chips de inteligencia artificial de Nvidia, especialmente el modelo RTX Pro 6000D, diseñado específicamente para el mercado chino. 

La instrucción va más allá de advertencias previas relativas al chip H20: ahora no solo se cuestiona su uso, sino que se exige una paralización efectiva. Varios de estos gigantes tecnológicos —incluyendo Alibaba, ByteDance y otros— ya habían comenzado pruebas y verificaciones con el RTX Pro 6000D antes de ser obligados a detener esos procesos.

La motivación oficial del gobierno chino no solo tiene que ver con la soberanía tecnológica, sino con la percepción de que los chips nacionales ya han alcanzado —y en algunos casos superado— el nivel de los modelos extranjeros permitidos bajo las restricciones de exportación de EE.UU. En paralelo, Beijing ha profundizado investigaciones de cumplimiento regulatorio y de posibles usos de datos sensibles, alegando riesgos relacionados con seguridad e integridad de la información. 

Este cambio llega en un momento de tensión tecnológica creciente: EE.UU. impuso controles sobre la exportación de chips de alto rendimiento, lo que ha obligado a empresas como Nvidia a desarrollar versiones “atenuadas” de sus productos (como el RTX Pro 6000D o el H20) específicamente para mercados como el chino. Sin embargo, la acogida de estos modelos ha sido tibia. Algunos analistas refieren que la relación entre coste, rendimiento y disponibilidad ya no favorece a las opciones importadas cuando existen alternativas nacionales cada vez más competitivas.

Los proveedores de Nvidia también están en el ojo del huracán. En particular, se reportó que la empresa habría pedido detener la producción de su chip H20 en fábricas externas (como Amkor o Samsung) como parte de la estrategia de gestión de su cadena de suministro ante la demanda cambiante en China. 

En lo práctico, esta medida representa un doble desafío para el ecosistema tecnológico chino: por un lado, presiona aún más a las empresas locales para acelerar sus inversiones en procesadores nacionales y hardware de IA propio; por otro, pone en jaque a empresas extranjeras cuya estrategia dependía en parte del mercado chino. Nvidia ha visto caer sus acciones en respuesta a los reportes. 

Para las empresas que dependen de hardware de alto rendimiento ( investigación, grandes modelos de IA, cómputo en la nube), esta decisión podría traducirse en retrasos, incremento de costes o necesidad de rediseñar arquitecturas. En cambio, para los fabricantes chinos, es una oportunidad estratégica de crecimiento: proyectos estatales ya utilizan chips locales, y el estado ha definido metas de producción ambiciosas dentro del sector semiconductores.