Inversión responsable: la clave para avanzar en la lucha contra el cáncer ahora mismo

Descubre cómo el capital responsable está revolucionando la lucha contra el cáncer y apoyando la investigación vital que salva vidas con estrategias de inversión que marcan la diferencia

El especial presentado por Manuel Velázquez en Negocios TV con motivo del Día Mundial Contra el Cáncer de Mama ofrece una mirada profunda y esperanzadora a la lucha científica, económica y humana contra una de las enfermedades más complejas y extendidas del siglo XXI. Bajo el título de un especial dedicado a la investigación oncológica y el papel de la inversión responsable, el programa reúne a voces clave que analizan los avances logrados, los retos aún pendientes y cómo la tecnología y las finanzas pueden convertirse en aliados esenciales de la medicina.

La conversación arranca con una reflexión de Marta Puyol, directora científica de la Fundación Científica de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), quien contextualiza la transformación radical que supuso la secuenciación del genoma humano en 2003. Ese hito cambió por completo la forma de entender el cáncer: permitió descifrar los genes implicados en la aparición y evolución de los tumores, dando paso a la medicina de precisión, una nueva era en la que los tratamientos dejan de ser generalistas y se adaptan a las características biológicas concretas de cada paciente. La quimioterapia deja de ser la única vía, y las terapias dirigidas y personalizadas abren posibilidades de curación más eficaces y menos agresivas.

Sin embargo, Puyol también advierte que los retos actuales son significativos. Por un lado, la detección de cánceres más agresivos a edades cada vez más tempranas exige intensificar los esfuerzos en prevención y educación sanitaria. Por otro, la metástasis y las recaídas tardías siguen siendo uno de los grandes enigmas médicos, responsables de gran parte de la mortalidad asociada al cáncer. A esto se suma un obstáculo burocrático que frena el progreso: España tarda de media 600 días en aprobar un nuevo fármaco, frente a los apenas 30 días de Alemania, debido sobre todo a la negociación de precios y procesos regulatorios excesivamente lentos. Este retraso impide que muchos pacientes accedan a tratamientos innovadores en el mismo momento que otros países europeos.

El programa subraya que la ciencia no puede avanzar sin financiación estable y comprometida. En este punto interviene Elena Guanter, directora general para Iberia y Latam de Candriam, quien explica cómo la inversión puede convertirse en motor de salud. Su fondo Candriam Equities L. Oncology Impact destina capital a empresas que desarrollan tratamientos, diagnósticos y servicios vinculados al cáncer, generando un doble impacto: financiero y social. Parte de las comisiones de gestión del fondo se dona directamente a la AECC para apoyar proyectos de investigación. Es un modelo que demuestra cómo las finanzas sostenibles pueden tener un efecto tangible sobre la vida de las personas, conectando la rentabilidad con la responsabilidad.

Juan Hernando, director de Advisory en MoraWealth, aporta una visión complementaria desde la gestión patrimonial. Subraya que, aunque el sector salud a menudo recibe menos atención que otros más mediáticos, ofrece valoraciones atractivas, estabilidad a largo plazo y un sesgo conservador que puede equilibrar las carteras de inversión. Además, destaca el “círculo virtuoso de la investigación”: la inversión genera innovación, la innovación produce avances médicos, y esos avances atraen nuevas inversiones. Cuando este ciclo se mantiene, los beneficios trascienden lo económico y se convierten en progreso colectivo.

Uno de los temas más disruptivos de la década: la inteligencia artificial (IA) aplicada a la investigación oncológica. Todos los participantes coinciden en que la IA está llamada a ser una herramienta decisiva. Desde la detección precoz mediante el análisis de imágenes médicas hasta la perfilación genética de tumores, su capacidad para procesar volúmenes masivos de datos promete acelerar el descubrimiento de terapias y mejorar la precisión de los diagnósticos. Guanter menciona proyectos que ya integran IA en la lectura de datos clínicos y en la identificación de biomarcadores específicos. Por su parte, Hernando apunta que la IA no solo mejora resultados científicos, sino que aumenta la productividad de los equipos de investigación, reduciendo los plazos y costes de desarrollo de nuevos fármacos.

Más allá de los laboratorios y los mercados, el programa pone el foco en el aspecto humano. Puyol recuerda que el cáncer no solo es una enfermedad médica, sino una realidad social y emocional que afecta a pacientes, familias y comunidades. De ahí la importancia de alinear las estrategias de financiación pública, privada y social, garantizando que los descubrimientos lleguen cuanto antes al sistema sanitario y, sobre todo, a quienes los necesitan. En palabras de Puyol, “los avances solo tienen sentido si se traducen en vidas salvadas y en una mejor calidad de vida para los pacientes.”

El cierre del especial deja un mensaje de esperanza y de corresponsabilidad. La lucha contra el cáncer no depende exclusivamente de la ciencia, sino también de la voluntad colectiva: instituciones, empresas, investigadores, gobiernos y ciudadanos. La prevención sigue siendo la mejor herramienta —desde la autoexploración y los hábitos saludables hasta la participación en cribados—, pero la inversión, la tecnología y la colaboración son los pilares que sostendrán los avances del futuro.