China afloja el veto a Nexperia: giro parcial que desactiva el pánico en la automoción europea
Tras un mes de máxima tensión —con Países Bajos asumiendo el control de Nexperia y China bloqueando la salida de sus chips— el Ministerio de Comercio chino anuncia que estudiará exenciones para determinados pedidos. Es la primera señal de distensión en una batalla que amenazaba con gripar fábricas de coches y proveedores en media Europa.
China ha dado el primer paso para bajar el volumen del conflicto por Nexperia. Este sábado, el Ministerio de Comercio indicó que “considerará exenciones” al veto de exportación para aquellos envíos que cumplan los criterios establecidos. En la práctica, Pekín abre una válvula de seguridad para evitar que el corte de suministro termine escalando a crisis industrial. La decisión llega apenas cuatro semanas después de que el Gobierno holandés interviniera Nexperia al amparo de una ley de la Guerra Fría, detonando una respuesta china que paralizó la salida de chips empaquetados en su territorio.
El origen del choque está en septiembre, cuando La Haya “tomó las riendas” de la compañía —propiedad de la china Wingtech— alegando riesgos para su base tecnológica y de empleo en el continente. Según fuentes citadas por Reuters, el Ejecutivo neerlandés actuó ante indicios de traslado de capacidades críticas y personal desde Europa a China. Pekín reaccionó el 4 de octubre con una orden de control de exportaciones que impidió a Nexperia China y a sus subcontratas expedir producto al exterior. Las dos piezas juntas bloquearon un flujo de chips “sencillos” pero omnipresentes en la electrónica del automóvil.
El sector automovilístico europeo —de fabricantes a TIER1— respirará con las exenciones, aunque por ahora no hay lista pública de referencias ni cuantías. Para calibrar el impacto: más del 70% de los microcomponentes de Nexperia se envían a China para su empaquetado antes de volver a clientes globales. Si esa compuerta se cierra, el atasco se traslada a líneas de montaje de airbags, sistemas de cierre o gestión de potencia. Las primeras semanas ya dejaron avisos de paradas y recortes de producción en distintos mercados.
Bruselas, que pidió “soluciones urgentes” para frenar el daño colateral en la cadena de suministro, gana tiempo con la rectificación china. La Comisión ve en Nexperia un caso de manual: un proveedor europeo de chips de uso masivo atrapado entre la seguridad económica y la interdependencia industrial con China. La prioridad ahora pasa por traducir las exenciones en camiones cargados de componentes y no en promesas difusas.
¿Qué cambia realmente? Primero, el tono: Pekín pasa del bloqueo total a un enfoque “selectivo”, compatible con su mensaje político pero sensible al riesgo de desabastecimiento. Segundo, el perímetro: las exenciones podrían centrarse en referencias de automoción y en contratos ya comprometidos, minimizando el golpe a fábricas europeas mientras continúan las negociaciones. Tercero, la gobernanza: la cuestión de fondo —quién manda y cómo se reparte el control corporativo entre Países Bajos, Wingtech y la filial china— sigue abierta y condicionará la estabilidad del suministro.
Para las bolsas, la noticia sugiere alivio en fabricantes expuestos al just-in-time. Pero los inversores no deberían confundir pausa con paz. El “caso Nexperia” confirma un patrón: los semiconductores de gama media también son geopolítica. Europa acelera planes de resiliencia (diversificación, stock estratégico y trazabilidad) a la vez que negocia para que los chips sigan circulando. La pregunta clave es si estas exenciones son puente hacia un acuerdo estable o simple cortafuegos de emergencia. La respuesta se medirá en semanas: por el ritmo de licencias aprobadas, por la normalización de envíos desde las plantas chinas y por la capacidad de Países Bajos y China para fijar un marco de convivencia corporativa sin “tirar” de la manta tecnológica.