EE.UU. abre la puerta a NVIDIA: permitirá exportar chips H200 a China en plena batalla por la IA
Estados Unidos estaría preparado para relajar parcialmente su veto a los semiconductores de inteligencia artificial destinados a China y permitir la exportación de los chips H200 de NVIDIA, según adelanta Semafor citando fuentes familiarizadas con las conversaciones. Se trataría de un compromiso “intermedio”, ya que estos procesadores están 18 meses por detrás de las unidades más avanzadas del fabricante. La noticia ha sido suficiente para impulsar las acciones de NVIDIA, que subieron un 2,72% hasta 187,46 dólares, mientras la Casa Blanca y la compañía guardan silencio oficial.
Washington busca una solución intermedia en la guerra de chips
Estados Unidos estaría dispuesto a flexibilizar parcialmente las restricciones a la exportación de semiconductores de última generación hacia China, según informó Semafor citando a personas familiarizadas con las conversaciones. El movimiento, que aún no ha sido confirmado oficialmente, consistiría en permitir la venta de los NVIDIA H200, chips de inteligencia artificial que se encuentran aproximadamente 18 meses por detrás de las unidades más avanzadas del fabricante.
La decisión supone un cambio matizado en la estrategia estadounidense, centrada hasta ahora en bloquear el acceso de China a hardware de vanguardia capaz de acelerar el desarrollo de modelos de IA competitivos. Con este gesto, Washington buscaría un punto de equilibrio entre mantener el control tecnológico y evitar una escalada comercial innecesaria que afecte a empresas estadounidenses, especialmente a NVIDIA, líder global del sector.
Los chips H200: potentes, pero deliberadamente limitados
El modelo H200 es una versión recortada en capacidad frente a los chips más recientes de la compañía, como los H100 o los futuros Blackwell. Aunque el H200 sigue siendo un procesador de alto rendimiento, sus limitaciones lo convierten en un producto que, a ojos del Gobierno estadounidense, puede exportarse sin comprometer la supremacía tecnológica nacional.
El permiso para exportar estos chips encajaría en la estrategia de la administración Biden de permitir el acceso a China a tecnología “suficientemente buena para uso comercial”, pero incapaz de acelerar avances militares o desarrollos estratégicos que puedan cerrar la brecha tecnológica entre ambos países.
Reacciones del mercado: NVIDIA escala tras la filtración
Tras conocerse el informe, las acciones de NVIDIA subieron un 2,72%, alcanzando los 187,46 dólares. El mercado interpreta esta posible relajación como una señal positiva para el negocio internacional de la compañía, que ha sufrido limitaciones significativas tras los controles a la exportación impuestos desde 2022.
Ni NVIDIA ni portavoces de la Casa Blanca han emitido comentarios oficiales sobre la información, lo que refuerza la percepción de que se trata de negociaciones aún en desarrollo. A pesar de ello, los inversores han celebrado la posibilidad de que la empresa pueda recuperar parte del volumen perdido en el mercado chino, uno de los más grandes del mundo en demanda de hardware para IA.
Una decisión con fuerte respaldo político
El informe también señala que la medida contaría con el apoyo del secretario de Comercio Howard Lutnick, quien habría defendido internamente la necesidad de encontrar una fórmula equilibrada que proteja los intereses estratégicos de Estados Unidos sin asfixiar a sus compañías líderes.
El paso, si se confirma, podría aliviar tensiones con Pekín y sentar las bases para negociaciones tecnológicas más estables. No obstante, los analistas advierten de que la guerra por la supremacía en inteligencia artificial continúa y que cualquier concesión será cuidadosamente calibrada.
El equilibrio entre competitividad y seguridad nacional
La apertura a exportar los H200 ilustra la complejidad del dilema estadounidense: apoyar a sus empresas tecnológicas punteras mientras mantiene un férreo control sobre la transferencia de capacidades avanzadas a China.
En este sentido, la autorización de chips de generación anterior podría convertirse en un precedente para futuras decisiones graduales que busquen gestionar el riesgo sin sacrificar el liderazgo empresarial estadounidense.
Mientras la Casa Blanca perfila su postura definitiva, la industria y los mercados permanecen atentos. La pugna geopolítica por los chips sigue siendo uno de los frentes más determinantes del siglo XXI, y cualquier movimiento —por pequeño que parezca— puede redefinir el equilibrio tecnológico global.