Google prepara su jugada más polémica: anuncios dentro de Gemini a partir de 2026
Google ha empezado a sondear a grandes anunciantes con un mensaje claro: los anuncios llegarán a Gemini, su modelo de inteligencia artificial generativa, a partir de 2026, según adelanta Adweek. La compañía habría planteado la integración publicitaria como una línea independiente de los formatos ya activos en su experiencia de búsqueda con IA, aunque sin ofrecer aún detalles de precio, formatos o pruebas. El movimiento abre un nuevo frente en la batalla por monetizar la IA generativa y reabre el debate sobre hasta qué punto la experiencia del usuario seguirá siendo “limpia” en los asistentes conversacionales de próxima generación.
Google ha dado un paso más en su estrategia para convertir la IA generativa en un negocio sostenible. Según ha publicado la cabecera especializada Adweek, el gigante tecnológico ha comunicado a varios de sus grandes clientes que planea introducir publicidad en Gemini a partir de 2026, en un despliegue aún en fase preliminar y rodeado de incógnitas.
De acuerdo con estas fuentes, las conversaciones se han producido en llamadas separadas con agencias y grandes anunciantes, donde los representantes de Google habrían hablado de un calendario orientativo, pero sin mostrar prototipos ni enseñar cómo se verán exactamente esos anuncios dentro de la interfaz de Gemini. Tampoco habría todavía una hoja de ruta cerrada respecto a modelos de precio, formatos concretos o métricas de rendimiento, lo que sugiere que el proyecto está más en fase de visión que de ejecución inmediata.
Un canal distinto a los anuncios de la búsqueda con IA
Uno de los elementos clave que trasladan las fuentes consultadas es que esta posible línea de negocio sería independiente de los anuncios ya integrados en “AI Mode”, la experiencia de búsqueda asistida por IA que Google lanzó en 2025 y donde ya existe inventario publicitario específico. En otras palabras, Gemini se convertiría en un entorno adicional, no simplemente en una extensión de la publicidad en la búsqueda.
Esto abre la puerta a formatos nativos del asistente conversacional: desde “brand cards” integradas en las respuestas, hasta enlaces clicables contextuales o recomendaciones patrocinadas insertadas en flujos de conversación, según apuntan análisis del sector. La lógica de fondo es clara: si la interacción del usuario migra de la página de resultados clásica a la conversación con un modelo multimodal, la publicidad deberá migrar con él.
Sin embargo, el plan no está exento de polémica. En paralelo a las filtraciones, Google ha salido públicamente a rebajar las expectativas y matizar la información, asegurando que “no hay planes actuales” para introducir anuncios en la app de Gemini tal y como se ha planteado en algunos titulares, lo que refleja tanto el estado embrionario del proyecto como la sensibilidad reputacional del asunto.
Monetizar la IA sin romper la experiencia del usuario
La gran cuestión para Google —y para todo el ecosistema publicitario— es cómo monetizar la IA generativa sin deteriorar la confianza del usuario ni convertir el asistente en un escaparate publicitario invasivo.
Gemini se ha presentado como la evolución de los productos de IA de la compañía y ya se integra en múltiples servicios del grupo, desde la búsqueda y Android hasta Workspace o herramientas para desarrolladores. Añadir publicidad directamente dentro del modelo cambiaría la naturaleza de esa relación: el asistente dejaría de ser únicamente una herramienta de productividad o consulta para convertirse, también, en un medio publicitario a gran escala.
Para los anunciantes, la oportunidad es enorme. Un modelo conversacional con contexto, memoria y capacidad de entender intención puede ofrecer segmentación extremadamente precisa, creatividad dinámica y medición en tiempo real de la interacción. La publicidad dejaría de ser un impacto aislado para ser parte de una conversación continua con el usuario.
Pero el riesgo regulatorio y reputacional también es significativo. La frontera entre recomendación “orgánica” del modelo y mensaje patrocinado puede volverse difusa, lo que obligará a Google a ser muy explícito con las etiquetas de anuncios, la transparencia en los criterios de selección y el control sobre posibles sesgos comerciales en las respuestas.
Un mensaje claro al mercado publicitario global
Más allá de los matices, el mensaje que perciben las agencias es que Google no puede permitirse una IA no monetizada a medio plazo. El coste de entrenar, desplegar y operar modelos como Gemini es enorme, y la compañía necesita nuevas fuentes de ingresos que complementen la búsqueda tradicional y YouTube.
Para el ecosistema de medios y marketers, el horizonte que se dibuja a partir de 2026 es el de una planificación en la que los asistentes conversacionales se convierten en un soporte más del mix digital, al nivel del search, el display o el vídeo online. El desafío para las marcas será entender cómo hablar con el usuario en un entorno donde ya no hay “banner” ni “spot” en el sentido clásico, sino mensajes integrados en prompts, recomendaciones o tareas que el propio usuario está ejecutando con la ayuda de la IA.
De momento, todo está en fase inicial: sin formatos cerrados, sin precios y con mensajes públicos de Google pidiendo cautela. Pero el simple hecho de que el gigante haya empezado a socializar la idea con sus grandes clientes indica que la era de la IA “sin anuncios” tiene fecha de caducidad. Y que la próxima gran batalla del mercado publicitario se librará, cada vez más, dentro de los modelos de lenguaje.