Tres galaxias captadas simultáneamente desde la ISS: una imagen que supera cualquier 3i/atlas
La serie de imágenes capturadas por Don Pettit, ingeniero de vuelo de la Expedición 72 y astronauta de NASA, está siendo descrita como una de las composiciones espaciales más espectaculares jamás publicadas por la agencia. Tomadas desde la Estación Espacial Internacional con una Nikon Z9 entre el 29 de enero y el 15 de febrero de 2025, muestran un fenómeno difícil de apreciar incluso desde los observatorios terrestres más avanzados: la Vía Láctea, la Gran Nube de Magallanes y la Pequeña Nube de Magallanes visibles simultáneamente sobre un manto de airglow que envuelve nuestro planeta.
No es solo una fotografía bonita. Es una ventana privilegiada al lugar exacto donde la atmósfera se encuentra con el espacio, un límite dinámico que normalmente pasa desapercibido para la mayoría de la humanidad.
Qué estamos viendo realmente
En sus imágenes, Pettit consiguió congelar tres galaxias a la vez desde la órbita baja terrestre:
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La Vía Láctea, nuestra propia galaxia espiral, cortando el cielo con su característica franja llena de cúmulos, polvo y estrellas.
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La Gran Nube de Magallanes (LMC), una galaxia enana situada a más de 160.000 años luz, visible como un brillante objeto difuso que, pese a su distancia, ocupa veinte veces el diámetro aparente de la Luna llena.
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La Pequeña Nube de Magallanes (SMC), otra galaxia satélite, aún más lejana (casi 200.000 años luz), acompañando a la LMC en su órbita alrededor de la Vía Láctea.
Desde la superficie terrestre, captar estas tres estructuras en una sola toma ya es un reto. Desde la ISS, en constante movimiento, el desafío técnico es mayor. La clave es el rastreador de estrellas que Pettit ha ajustado para compensar el desplazamiento orbital de la estación. De este modo, los campos estelares permanecen fijos mientras la Tierra aparece ligeramente barrida, generando un contraste único: cosmos inmóvil y planeta en movimiento.
El brillo misterioso que rodea a la Tierra: el airglow
Las imágenes también destacan un fenómeno que intriga a muchos: un resplandor anaranjado o verdoso que envuelve nuestro mundo. Se trata del airglow, una luminiscencia natural que se genera cuando los átomos y moléculas de la atmósfera superior, excitados por la radiación solar, liberan fotones para regresar a su estado estable.
A diferencia de las auroras —episódicas y localizadas cerca de los polos— el airglow está siempre presente, aunque demasiado débil para ser apreciado a simple vista desde el suelo. Desde la órbita, en cambio, aparece como una burbuja de luz que abraza completamente el planeta.
Ese borde luminoso que aparece en la imagen de Pettit no es un efecto fotográfico: es la frontera viva entre la Tierra y el espacio.
Un reto técnico que solo unos pocos pueden ejecutar
Capturar una exposición larga desde la ISS exige una preparación muy distinta a la de la astrofotografía terrestre. La montura utilizada por Pettit no se alinea con el eje de rotación de la Tierra, sino con el de la propia Estación Espacial Internacional, lo que obliga a compensar un movimiento continuo de casi 28.000 km/h sin perder nitidez en los puntos estelares.
El resultado son imágenes perfectamente estables del firmamento, mientras la superficie terrestre aparece difuminada en suaves trazos de luz reflejada en los mares.
La Expedición 72: cooperación internacional en acción
Las imágenes forman parte del programa científico de la Expedition 72, cuya tripulación actual está compuesta por:
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Suni Williams, comandante de la estación.
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Alexey Ovchinin, Ivan Vagner y Aleksandr Gorbunov, ingenieros de vuelo de Roscosmos.
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Butch Wilmore, Don Pettit y Nick Hague, ingenieros de vuelo de NASA.
La ISS es posible gracias a la colaboración de las agencias espaciales de EE.UU., Rusia, Europa, Japón y Canadá. Esta misión es un recordatorio de que, incluso en un mundo políticamente convulso, la ciencia mantiene puentes capaces de soportar tensiones extremas.
Por qué estas imágenes importan
Porque nos recuerdan algo esencial: desde la frontera entre la atmósfera y el vacío, la humanidad puede observar su hogar y su galaxia con una perspectiva imposible desde la tierra firme.
Pettit no fotografió solo estrellas. Fotografió nuestro lugar real en el universo.
Y al ver las tres galaxias atrapadas en un mismo encuadre —la nuestra y dos vecinas— uno comprende que el cosmos no está ahí fuera: estamos dentro de él.
Crédito de imagen y fuente: NASA’s Johnson Space Center (JSC) / Don Pettit — Expedition 72 Updates (Jan 29–Feb 15, 2025)