Un “río atmosférico” desata inundaciones históricas en el noroeste del Pacífico

Zona inundada en el noroeste del Pacífico tras fuertes lluvias.

El estado de emergencia en Washington, Oregón y la vecina Columbia Británica refleja la gravedad de un episodio extremo de lluvias asociado a un río atmosférico, con acumulados de hasta 10 pulgadas y riesgo creciente de deslizamientos e inundaciones masivas.

El noroeste del Pacífico vive bajo una sombra de agua y preocupación. Desde el estado de Washington hasta el norte de Oregón, pasando por la provincia canadiense de Columbia Británica, las autoridades han tenido que declarar el estado de emergencia ante unas inundaciones devastadoras provocadas por un fenómeno meteorológico conocido como río atmosférico. Este sistema, cargado con enormes cantidades de vapor de agua, ha descargado en pocos días precipitaciones torrenciales que han saturado los suelos, roto infraestructuras y obligado a evacuaciones masivas.

El río atmosférico que ha puesto en jaque a la región

No se trata de una lluvia intensa más. El Servicio Meteorológico Nacional de Estados Unidos (NWS) ha explicado que el episodio actual está vinculado a un río atmosférico, una corriente de aire en niveles medios y altos de la atmósfera que transporta grandes volúmenes de humedad a lo largo de miles de kilómetros.

Cuando esa franja de vapor choca con la orografía de la costa oeste norteamericana, el resultado es una descarga concentrada de lluvia en periodos muy cortos de tiempo. En este caso, las acumulaciones han llegado a rondar las 10 pulgadas de agua (más de 250 litros por metro cuadrado) en ciertas zonas, un volumen capaz de:

  • Saturar completamente los suelos.

  • Desbordar ríos y arroyos.

  • Disparar el riesgo de deslizamientos de tierra y cortes de infraestructuras clave.

Washington, en emergencia y con rescates en marcha

En Washington, el gobernador reaccionó con rapidez, declarando el estado de emergencia para agilizar la movilización de recursos. Las imágenes que llegan desde el terreno muestran:

  • Carreteras anegadas e intransitables.

  • Vehículos atrapados por el agua.

  • Equipos de rescate trabajando a contrarreloj para evacuar a residentes en zonas bajas y orillas de ríos.

La red viaria se ha visto seriamente afectada, con cierres de autopistas y carreteras comarcales que complican tanto la movilidad de los ciudadanos como el acceso de los servicios de emergencias y suministros.

Columbia Británica repite la pesadilla de las grandes inundaciones

Al otro lado de la frontera, en Columbia Británica, las autoridades también libran su propia batalla contra el mismo sistema atmosférico. La región, con un historial reciente de episodios de inundaciones graves, ha activado:

  • Órdenes de evacuación para miles de personas en áreas de alto riesgo.

  • Alertas continuas a través de radio, televisión y telefonía móvil.

  • Refuerzo de diques, puentes y puntos críticos en la red de comunicaciones.

La experiencia previa ha llevado a las autoridades canadienses a actuar de forma especialmente preventiva, conscientes de que retrasar decisiones en este tipo de escenarios puede traducirse en daños humanos y materiales mucho mayores.

Oregón, en alerta por deslizamientos y crecidas repentinas

Aunque parte de Oregón está algo más al margen de las lluvias más intensas, el estado no se libra de los efectos colaterales. El terreno ya se encuentra extremadamente saturado tras días de precipitaciones continuadas, lo que eleva el riesgo de:

  • Deslizamientos de tierra en zonas montañosas y taludes cercanos a carreteras.

  • Crecidas repentinas en ríos y arroyos que normalmente son manejables.

Las autoridades han emitido avisos de vigilancia y alerta en diversas comarcas, recordando a la población que no subestime el peligro, especialmente en zonas rurales y en áreas cercanas a cauces de agua.

La respuesta oficial: entre la urgencia y la prudencia

Los dispositivos de emergencia permanecen desplegados a lo largo de toda la región afectada. La prioridad es clara: proteger vidas humanas y minimizar daños en infraestructuras críticas como puentes, carreteras, hospitales y redes eléctricas.

Entre las recomendaciones clave a la ciudadanía destacan:

  • Seguir únicamente la información de canales oficiales.

  • Respetar sin demora las órdenes de evacuación en zonas de riesgo.

  • Evitar desplazamientos innecesarios, especialmente por carretera.

  • Mantenerse alejados de ríos, barrancos y laderas inestables.

En medio de un escenario donde el margen de error es mínimo, la cooperación ciudadana, la solidaridad vecinal y la preparación previa son tan determinantes como la propia capacidad de respuesta institucional.