El enigma de 3I/ATLAS: aceleraciones imposibles que inquietan a la NASA

Imagen del objeto interestelar 3I/ATLAS captado en observaciones recientes, mostrando actividad inusual sin cola visible típica de los cometas.

Un objeto interestelar sin cola visible, con pérdida de masa limitada y chorros en dirección al Sol reaviva las hipótesis sobre un posible origen artificial.

El objeto interestelar 3I/ATLAS se ha convertido en el nuevo quebradero de cabeza para astrónomos y analistas de la NASA. Tras su paso cerca del Sol, ha perdido apenas un 13 % de su masa, pero muestra una aceleración anómala y un ligero cambio de rumbo sin la clásica cola cometaria que delata la desgasificación. Algunos expertos, como el astrofísico Avi Loeb, no descartan que esta dinámica responda a un impulso controlado, compatible con un artefacto de posible origen tecnológico. A pocos días de su acercamiento a la Tierra, previsto para el 19 de diciembre, la comunidad científica se mueve entre la cautela y la especulación ante un visitante tan desconcertante.

Más allá del impacto mediático de términos como «sonda extraterrestre», el caso de 3I/ATLAS plantea cuestiones físicas de fondo: la aceleración observada no se explica con los modelos estándar de cometas, no se detecta la enorme nube de escombros que implicarían ciertos cálculos y, para complicar el escenario, se han identificado chorros de material apuntando hacia el Sol, algo que rompe los patrones habituales de interacción entre un cuerpo helado y la radiación solar.

Un visitante interestelar atípico

3I/ATLAS se suma a la corta lista de objetos interestelares detectados en el Sistema Solar, pero con un comportamiento que se aleja de los manuales. A diferencia de los cometas clásicos, no presenta una cola prominente de gas y polvo claramente visible, pese a haber atravesado una región de intensa radiación solar donde cabría esperar una fuerte actividad.

En lugar de ello, las observaciones apuntan a una actividad contenida pero peculiar, con cambios en su trayectoria que no cuadran con la sencilla combinación de gravedad y desgasificación. Esta rareza ha llevado a parte de la comunidad a considerar que 3I/ATLAS podría pertenecer a una categoría aún mal comprendida de objetos interestelares… o a algo más sofisticado.

Aceleración sin cola y el problema de la masa

Tras el perihelio, los cálculos indican que 3I/ATLAS ha perdido aproximadamente un 13 % de su masa y, aun así, ha experimentado una aceleración adicional acompañada de una ligera desviación de su rumbo. En un cometa convencional, un cambio dinámico de esa magnitud exigiría la expulsión de una cantidad de material mucho mayor de la observada.

Según las estimaciones, para justificar su movimiento solo con emisión de escombros debería haberse desprendido entre un 10 % y un 20 % adicional de su masa en forma de una gran nube detectable, algo que no aparece en los registros. Esta discrepancia abre la puerta a otros escenarios: desde procesos físicos poco conocidos hasta la idea, mucho más controvertida, de algún tipo de propulsión controlada.

Chorros, “anticolas” y física al límite

Entre el 8 y el 10 de noviembre se documentaron al menos siete chorros activos en 3I/ATLAS, con direcciones inusuales y algunos apuntando hacia el Sol, en claro contraste con el comportamiento típico de las colas cometarias, que se alejan del astro por efecto de la radiación y el viento solar.

Estos chorros en dirección aparentemente contraria —las llamadas “anticolas”— no encajan en los esquemas convencionales. Su orientación parece desafiar la acción combinada del viento solar y la presión de la luz, lo que ha llevado a algunos investigadores a plantear analogías con propulsores más propios de una nave que de un cuerpo natural inerte. A día de hoy, sin embargo, se trata de una hipótesis especulativa que convive con explicaciones más conservadoras, todavía en evaluación.

larson-sekanina-rotational-gradient-from-nov-15-reveals-v0-0t9udledul1g1

Un segundo objeto interestelar y la hipótesis de la “flotilla”

La detección casi simultánea de un segundo objeto interestelar, designado como C/2025, elevó el nivel de sospecha en algunos círculos. La idea de que ambos cuerpos pudieran viajar en “formación” o en una especie de flotilla coordinada se abrió paso rápidamente en el debate público.

No obstante, aclaraciones posteriores de Loeb y Aviloev han enfriado esa interpretación: la distancia mínima prevista entre 3I/ATLAS y C/2025 es de alrededor de 75 millones de kilómetros, muy lejos de lo que podría considerarse una formación real. Solo si uno de ellos se confirmara como nave tendría sentido seguir explorando esa posibilidad, y por ahora no existe evidencia sólida que lo sustente. La coincidencia temporal alimenta la imaginación, pero la ciencia mantiene el listón alto antes de admitir conclusiones extraordinarias.

NASA, Congreso y gestión de la anomalía

La NASA ha reconocido que se encuentra ante una anomalía real, tanto por la dinámica de 3I/ATLAS como por la dificultad para encajar todos los datos en los modelos habituales. Según la información disponible, la agencia espacial prepara reuniones con congresistas para valorar posibles respuestas ante el inminente paso del objeto cerca de la Tierra el 19 de diciembre, una fecha señalada por la proximidad relativa del visitante interestelar.

Estas reuniones no implican, por el momento, que se considere una amenaza directa, sino que reflejan la necesidad de coordinar la comunicación y la estrategia ante un fenómeno que despierta enorme interés público y científico. En paralelo, los equipos técnicos afinan sus observaciones para aprovechar al máximo el breve intervalo en el que 3I/ATLAS será más accesible a telescopios y sensores.

reddit 2025-11-13 at 21.59.23