Venezuela

Alfredo Jalife advierte: una invasión a Venezuela podría convertirse en un nuevo Vietnam

Portaaviones estadounidense USS Gerald Ford en maniobras en el Caribe, cerca de Venezuela en un contexto de alta tensión militar y política.

El analista geopolítico Alfredo Jalife analiza las tensiones que rodean una posible invasión a Venezuela, vinculándolo con las revelaciones políticas en EE.UU. y las dinámicas entre grandes potencias en el Caribe.

En medio de una escalada militar que vuelve a poner al Caribe en el centro del tablero geopolítico, el analista Alfredo Jalife lanzó una advertencia que retumba en el debate internacional: una intervención estadounidense en Venezuela podría convertirse en un error histórico de proporciones similares a Vietnam. No es solo una frase. Es un diagnóstico que combina historia, geopolítica y tensiones internas en Washington en un momento extremadamente delicado.

Movimientos militares y un tablero que se recalienta

El despliegue de casi 200.000 efectivos venezolanos frente a la llegada al Caribe del portaaviones estadounidense USS Gerald Ford ha encendido todas las alarmas. Jalife describe este intercambio como un “juego de disuasión quirúrgico” en el que ambos actores miden fuerzas sin cruzar la línea roja. Porque en realidad, dice, el choque no es solo militar, sino político y simbólico.

La presencia estadounidense apunta a enviar un mensaje claro de presión, pero Caracas responde con su propio músculo militar y el respaldo tácito de Rusia y China, que observan desde la distancia sin intervenir directamente pero dejando claro de qué lado está su apuesta estratégica.

La advertencia: un Vietnam que podría repetirse

Jalife retoma la historia para subrayar un punto incómodo: una invasión terrestre en Venezuela sería un pozo sin fondo para Estados Unidos. Terreno complejo, apoyo popular al nacionalismo, alianzas externas y alto coste político —todos los ingredientes que, dice, hicieron del sudeste asiático un infierno militar para Washington.

El Caribe, según Jalife, podría convertirse en una segunda lección amarga para una potencia que subestima los costos de intervenir en regiones que cree controlar. Por eso, más que una guerra abierta, anticipa acciones limitadas, presiones puntuales y una tensión sostenida, diseñadas para no desatar un conflicto de consecuencias imprevisibles.

Epstein, filtraciones y un Washington en llamas

La lectura de Jalife no se limita al ámbito militar. Enlaza esta situación con un elemento inesperado: las filtraciones recientes de correos vinculados al patrimonio de Jeffrey Epstein, donde aparece mencionado Donald Trump. Aunque las implicaciones aún se analizan, su publicación ha encendido la política interna estadounidense justo cuando Washington intenta proyectar fuerza en el Caribe.

Debates en el Congreso, presión mediática y un clima de incertidumbre generan un ruido que podría condicionar decisiones estratégicas. Un liderazgo debilitado en casa suele cometer errores fuera, advierte Jalife, y eso incluye sobreestimaciones en política exterior.

Una crisis en doble frente: militar y político

Lo que ocurre hoy entre Estados Unidos y Venezuela no es una disputa aislada sino el cruce de dos crisis simultáneas: la militar —visible en portaaviones, despliegues y maniobras— y la política —alimentada por filtraciones, sospechas y fracturas internas—.

Ambas pueden retroalimentarse peligrosamente. Y, según Jalife, cualquier sorpresa en uno de estos frentes podría desencadenar un efecto dominó entre grandes potencias, especialmente en un contexto donde Moscú y Pekín monitorean cada movimiento.

Lo cierto, concluye, es que el Caribe vuelve a ser un punto caliente global. Y en ese escenario, cada movimiento cuenta.