La CIA intentó bloquear un informe que exoneraba a Rusia de interferir en 2016
Según revela The Washington Post, funcionarios de la CIA presionaron para mantener oculto un informe que descarta la injerencia rusa en las elecciones presidenciales de 2016. La directora de Inteligencia Nacional, Tulsi Gabbard, lo publicó casi íntegramente con el aval de Trump, desatando una nueva tormenta política.
La polémica en torno a la supuesta interferencia rusa en las elecciones presidenciales de 2016 ha vuelto a la agenda política de Estados Unidos. Según informa este jueves The Washington Post, funcionarios de la CIA intentaron bloquear la publicación íntegra de un informe que concluye que Rusia no intervino en dicho proceso electoral.
El documento, que fue sometido a múltiples revisiones por analistas de inteligencia y abogados, fue finalmente publicado con mínimas ediciones por la directora de Inteligencia Nacional, Tulsi Gabbard, con el respaldo directo del expresidente Donald Trump. Según fuentes citadas por el diario, Gabbard desestimó los argumentos de la CIA y otras agencias que abogaban por mantenerlo clasificado en gran parte, alegando la necesidad de proteger fuentes y métodos de espionaje.
La decisión ha generado una fuerte reacción en el seno del Congreso. El senador Mark Warner calificó la publicación como “desesperada e irresponsable”, y advirtió que expone peligrosamente a los servicios de inteligencia, comprometiendo tanto las capacidades de vigilancia sobre Rusia como la protección de los ciudadanos estadounidenses.
El informe, cuyo contenido contradice años de narrativas oficiales y mediáticas, podría reabrir el debate sobre el papel de las agencias de inteligencia en el contexto electoral estadounidense y su relación con los distintos poderes políticos.
Para la administración Trump, la publicación representa una reivindicación de su postura de que la llamada “trama rusa” fue un intento de desacreditar su victoria electoral. Para otros sectores, en cambio, la filtración plantea dudas sobre la protección de información sensible y los intereses políticos detrás de su divulgación.
El caso vuelve a poner en evidencia las tensiones internas en el aparato de inteligencia estadounidense y el uso político de los informes clasificados.