La Corte Suprema impide que Trump despida por ahora a Lisa Cook y preserva la independencia del Fed
Este miércoles, la Corte Suprema de EE.UU. rechazó autorizar de forma inmediata el despido de Lisa Cook como gobernadora del Banco de la Reserva, y programó para enero los alegatos orales sobre los fundamentos legales del intento de destitución. Mientras tanto, Cook seguirá en su puesto.
La decisión es una medida provisional: no define el fondo del asunto, pero respalda la posición de los tribunales inferiores que ya habían bloqueado la remoción hasta que se resuelva el litigio.
Los antecedentes: acusaciones y defensa
Trump sustentó su argumento en que Cook habría cometido fraude hipotecario en 2021 —dos años antes de su nombramiento en la Fed— al hacer declaraciones inconsistentes en solicitudes de financiación de viviendas en Michigan y Georgia. Cook niega haber incurrido en irregularidades.
Bajo la ley que rige la Reserva Federal, los gobernadores sólo pueden ser removidos “por causa” (“for cause”), lo que implica un estándar legal más exigente que una simple expresa voluntad presidencial.
Un juez de distrito en Washington, Jia Cobb, ya había emitido una orden preliminar bloqueando el despido, argumentando que las acusaciones anteriores al cargo difícilmente cumplen el estándar de “causa” que la ley exige.
Asimismo, un tribunal de apelaciones (el circuito D.C.) negó una apelación emergente del gobierno para forzar la destitución antes de que avance el proceso.
Cook presentó un escrito de 40 páginas ante la Corte Suprema, argumentando que permitir su remoción ahora “alteraría dramáticamente el statu quo, ignoraría siglos de precedentes y degradaría la Fed a un órgano sometido a la voluntad presidencial.”
Voces en juego: respaldo y advertencias
El caso ha movilizado a figuras destacadas del mundo económico. Un grupo bipartidista de 18 exfuncionarios —incluyendo expresidentes de la Reserva Federal y secretarios del Tesoro— ha urgido al máximo tribunal a rechazar la destitución, alertando que permitirla debilitaría la credibilidad de la institución y generaría turbulencias financieras.
Estos expertos advierten que abrir la puerta a removals políticos puede erosionar la confianza en la Fed como árbitro técnico e independiente de la política monetaria.
Riesgos e implicaciones económicas
Este litigo no es mera pulseada legal: sus consecuencias podrían ser profundas:
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Autonomía monetaria en juego: si la Casa Blanca logra remover gobernadores por motivos políticos, la Fed pierde blindaje frente a presiones electorales o de corto plazo.
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Incertidumbre para los mercados: los inversores ya observan nerviosos, pues la percepción de una Fed atada podría aumentar la volatilidad en tasas de interés y bonos.
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Precedente institucional: este es el primer intento moderno de remover una gobernadora de la Fed; su resultado podría redefinir los límites de poder entre Ejecutivo y entidad monetaria.
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Presión futura sobre otros miembros: si Trump triunfa aquí, otros gobernadores podrían estar más expuestos a amenazas de remoción cuando sus decisiones disgusten políticamente.
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Credibilidad ante inflación y estabilidad financiera: una Fed percibida como dependiente podría ver debilitado su músculo para controlar presiones inflacionarias o ciclos de crédito.
¿Qué sigue y a qué estar atentos?
La Corte Suprema escuchará los argumentos en enero de 2026 para decidir sobre la legalidad del despido.
Mientras tanto, Cook mantiene sus funciones, participando en reuniones clave de política monetaria.
También es relevante observar a Stephen Miran, el nominado que Trump designó como reemplazo potencial de Cook. Miran tomó juramento en septiembre de 2025 y su rol coincide con una coyuntura política sensible para la Fed.
Además, el caso se inscribe en una revisión más amplia de precedentes como Humphrey’s Executor v. United States (1935), que históricamente protegió la independencia de agencias reguladoras frente al Ejecutivo, y cuya vigencia podría ser puesta en cuestión.
La negativa de la Corte Suprema a permitir el despido inmediato de Lisa Cook reafirma, por ahora, el principio de independencia de la Reserva Federal. Pero el próximo capítulo en enero podría alterar esa protección institucional.