Tensión en América Latina

EEUU despliega una FUERZA NAVAL inusualmente grande en aguas de CENTRO y SUDAMÉRICA

Washington envía al menos ocho buques de guerra a la región en una operación oficialmente antidroga, mientras Maduro denuncia un intento de cambio de régimen y moviliza a sus milicias.

Estados Unidos ha enviado una de las fuerzas navales más significativas de los últimos años a aguas de Centro y Sudamérica. Se trata de un despliegue que incluye tres destructores con misiles guiados, un crucero, un submarino nuclear y un buque de asalto anfibio, además de otras embarcaciones de apoyo. En total, al menos ocho buques de guerra que, según la Casa Blanca, forman parte de una operación antidroga.

Sin embargo, el tamaño y la configuración de esta fuerza han levantado dudas entre analistas internacionales, que consideran que puede haber motivaciones más profundas detrás de la decisión de Washington. La operación se produce en un contexto de creciente tensión con Venezuela, cuyo presidente, Nicolás Maduro, no ha tardado en responder. Desde Caracas, el mandatario denuncia un intento de cambio de régimen y ha ordenado la movilización de las milicias bolivarianas.

Las reacciones en la región han sido rápidas y diversas. Guyana y Trinidad y Tobago han mostrado su respaldo a la iniciativa estadounidense, mientras que Colombia ha instado a mantener el foco exclusivamente en la lucha contra el narcotráfico, evitando una escalada política o militar.

El movimiento se produce apenas días después de que Estados Unidos duplicara la recompensa por Nicolás Maduro, acusado de narcotráfico por la justicia norteamericana. Una decisión que refuerza la narrativa de Washington pero que, a la vez, eleva la tensión en un continente ya marcado por disputas energéticas, fronterizas y políticas.

El despliegue naval no solo refleja la estrategia de Estados Unidos hacia el régimen venezolano, sino que también manda un mensaje claro a la región: Washington no está dispuesto a perder influencia en su patio trasero en un momento en que actores como China y Rusia buscan reforzar su presencia en América Latina.