EEUU percibe a Europa como un actor sin poder real en la crisis de Ucrania, advierte experto

EEUU percibe a Europa como un actor sin poder real en la crisis de Ucrania, advierte experto

El analista Javier Villamor analiza la percepción de Estados Unidos sobre Europa como un actor sin poder real en la crisis de Ucrania, los desafíos de la negociación y quién asumirá la reconstrucción tras el conflicto con Rusia.

La compleja telaraña geopolítica que rodea el conflicto entre Rusia y Ucrania se sigue tejiendo con hilos de incertidumbre y realismo crudo. En un análisis reciente, el experto Javier Villamor subrayó cómo Estados Unidos ve a Europa más como un mero pagador que un jugador con influencia significativa, mientras que Ucrania parece atrapada entre demandas difíciles y una realidad en terreno casi imbatible.

Fragmentaciones en el proceso de negociación

Villamor señala que la filtración de los 28 puntos rusos no contemplaba un plan tangible. Este documento anticipaba un escenario desconectado por completo de las exigencias clave ucranianas que ponen el foco en garantías de seguridad. ¿Puede un acuerdo cimentarse sobre bases tan frágiles? La respuesta parece moverse entre lo dudoso y lo necesario.

Es bien sabido que Kiev, con los pies en la tierra, considera prácticamente imposible recuperar el control total de sus territorios perdidos. Por eso, su apuesta se centra en asegurar a toda costa una defensa robusta, un blindaje político que sea al menos el garante de su soberanía futura. Sin embargo, tales garantías parecen esquivas en medio del tablero internacional.

El papel limitado de Europa y las prioridades de Washington

Para Estados Unidos, Europa no pasa de ser el 'pagador' de la reconstrucción sin peso real en las estrategias. Villamor hace hincapié en esta percepción, un tanto cruda pero reveladora: Washington ve al bloque europeo como un actor sin emprendimiento propio, más allá de aportar fondos y apoyo logístico para Zelensky.

Curioso, ¿no? Justamente cuando Europa podría ser la palanca para estabilizar la región, se le relega a un rol secundario. Además, el fondo de reconstrucción ligado a BlackRock es otra arista crítica que genera tensiones internas, sobre todo con países reacios a usar activos rusos congelados. La política, al fin y al cabo, es también cuestión de confianza y agendas.

El equilibrio militar y las fronteras espinosas

En este ajedrez bélico, Rusia no ha perdido su posición dominante, manteniéndose firme en lo militar y estratégico. La entrada directa de la OTAN en el conflicto continúa siendo una línea roja no cruzada, debido a la intención de Washington de no abrir otro frente – menos aún uno que se pueda convertir en una confrontación directa con China.

Así, los focos de tensión se concentran inevitablemente en Crimea, el Donbass y el acceso al mar Negro, zonas de disputa que se están convirtiendo en verdaderos nudos gordianos para cualquier acuerdo de paz. La complejidad de estos territorios, cargados de historia y violencia reciente, vuelve aún más intrincada la posibilidad de un desenlace cercano.

¿Un acuerdo antes de Navidad?

Villamor se aventura a prever que, quizás, un acuerdo preliminar podría concretarse antes de las fiestas. No es un pronóstico infundado si consideramos la presión que tiene Moscú por mostrar avances y legitimar su posición internacional. Claro que las letras pequeñas de ese pacto serán, por decirlo suavemente, otro cantar.

En definitiva, la política mundial sigue su curso con sus propias reglas, muchas que escapan a la simple lógica o al deseo popular. El escenario ucraniano no hará más que recordarnos que caminar hacia la paz y la estabilidad es un sendero sinuoso, lleno de obstáculos, intereses y estrategias entrelazadas.