Eric Keto

Astrofísico descubre el enigma del cometa interestelar 3I/ATLAS: ¿puerta a otros mundos o mensaje secreto?

Atlas del objeto interestelar y la posición relativa del orbitador Tianqing-1 Mars

El astrofísico Eric Keto analiza en Negocios TV el cometa interestelar 3I/ATLAS, destacando su composición inusual y la importancia de las nuevas tecnologías para detectar futuros objetos espaciales de origen desconocido.

El cosmos vuelve a sorprendernos con un visitante que desafía la lógica conocida. El 3I/ATLAS, un objeto interestelar detectado recientemente, mantiene en vilo a la comunidad científica. ¿De dónde viene realmente? Esa es la pregunta que el astrofísico Eric Keto, investigador del Smithsonian Astrophysical Observatory, trató de responder en una entrevista exclusiva con Negocios TV. Aunque lo clasifica como un cuerpo natural, su composición química y comportamiento inusual han abierto un debate profundo sobre los límites de nuestra comprensión planetaria.nuestro sistema solar.

Un cometa fuera de todo patrón conocido

Keto describe al 3I/ATLAS como un cometa, pero con una personalidad única. Su proporción de compuestos volátiles —entre ellos hielo de agua, dióxido y monóxido de carbono— supera ampliamente lo observado en los cometas del sistema solar. Este exceso químico podría indicar que se formó en un entorno estelar completamente distinto, y que fue expulsado de su sistema original en una fase temprana de desarrollo planetario.

En palabras del investigador, este cometa “es como una cápsula del tiempo de otro vecindario cósmico”. Su análisis permite a los científicos observar, por primera vez de forma directa, la materia prima de otros sistemas estelares, algo que hasta hace poco era terreno exclusivo de la especulación teórica.

Implicaciones científicas: una biografía de otros mundos

La relevancia del 3I/ATLAS va más allá del hallazgo astronómico. Representa una oportunidad inédita para la astroquímica moderna: conocer los materiales originales que dieron forma a planetas en otras regiones de la galaxia. Keto lo resume con una analogía reveladora: “Es como si estuviéramos leyendo la biografía de otro sistema solar, escrita en fragmentos de hielo y polvo”.

Sin embargo, el investigador no cierra ninguna puerta. Aunque la explicación natural es la más aceptada, reconoce que las teorías alternativas también deben explorarse, desde hipótesis de eyección gravitacional hasta escenarios más controvertidos sobre posibles orígenes artificiales o tecnológicos. “No podemos descartar nada que los datos no hayan refutado aún”, puntualiza.

La revolución tecnológica en la observación del espacio

El avance científico que permite detectar fenómenos como el 3I/ATLAS sería imposible sin la revolución tecnológica que vive la astronomía. Keto destaca especialmente el papel del Vera Rubin Observatory y del sistema Flyeye de la Agencia Espacial Europea, dos herramientas clave para el seguimiento de objetos interestelares.

Ambos forman parte de la Planetary Defense Network, una red global de observación impulsada por el Congreso de EE. UU. que combina ciencia y seguridad planetaria. Su objetivo: detectar con antelación cualquier cuerpo potencialmente peligroso que se acerque a la Tierra. En este sentido, el 3I/ATLAS ha servido como caso de estudio ideal para probar la eficacia de esta colaboración internacional.

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Cooperación científica sin precedentes

El investigador subraya que este tipo de descubrimientos refuerzan la idea de una ciencia planetaria colaborativa. Observatorios de todo el mundo —desde Chile hasta Hawái— han compartido datos en tiempo real, uniendo recursos tecnológicos y humanos en lo que se considera una de las redes de vigilancia espacial más avanzadas de la historia.

Keto insiste en que esta coordinación global es esencial no solo para comprender la naturaleza del universo, sino también para garantizar la seguridad del planeta ante posibles amenazas cósmicas.

Riesgos reales y la broma de Musk

Durante la entrevista, el astrofísico también respondió con humor a las recientes declaraciones de Elon Musk, quien advirtió sobre el supuesto riesgo de un impacto capaz de destruir un continente. “Si eso ocurriera, sería malo para la comunidad científica”, ironizó Keto.

Tras la sonrisa, vino la precisión: el riesgo de colisión es extremadamente bajo. La mayoría de los cuerpos interestelares que cruzan el sistema solar lo hacen a velocidades tan altas y trayectorias tan tangenciales que su posibilidad de impacto es prácticamente nula. “No todos los días tenemos visitantes cósmicos, pero cuando llegan, los vigilamos de cerca”, aseguró el investigador.

Una lección de humildad cósmica

El 3I/ATLAS nos recuerda que, incluso con telescopios cada vez más potentes, seguimos siendo exploradores en un océano desconocido. Su composición exótica y su procedencia incierta desafían los modelos de formación planetaria y nos obligan a revisar nuestras certezas sobre el universo.

Eric Keto lo resume con una reflexión que parece más filosófica que técnica:

“Cada objeto que entra desde el espacio interestelar nos trae una historia distinta. Y a veces, esas historias no encajan con lo que creíamos saber.”

Quizás 3I/ATLAS no sea un mensaje extraterrestre, ni un artefacto artificial, pero sí una señal inequívoca de que aún desconocemos gran parte de lo que ocurre más allá del Sol. En ese misterio, la ciencia sigue encontrando su motor más poderoso: la curiosidad.

This is a Hubble Space Telescope image of the interstellar comet 3I/ATLAS. Hubble photographed the comet on July 21, 2025, when the comet was 277 million miles from Earth. Hubble shows that the comet has a teardrop-shaped cocoon of dust coming off its solid, icy nucleus. Because Hubble was tracking the comet moving along a hyperbolic trajectory, the stationary background stars are streaked in the exposure.