Macron cierra filas con Bayrou

Francia busca estabilidad: el presidente respalda a su primer ministro en plena crisis política

En un momento delicado para el Ejecutivo francés, Emmanuel Macron ha reafirmado públicamente su apoyo a François Bayrou, primer ministro y figura clave en el gobierno, mientras el país observa con atención la evolución de la crisis parlamentaria.

La política francesa atraviesa horas de máxima tensión. En medio de rumores sobre un posible colapso del Ejecutivo, el presidente Emmanuel Macron ha querido enviar un mensaje claro: su gobierno no está derrotado. Durante la última reunión de gabinete, el mandatario reafirmó su respaldo al primer ministro François Bayrou, consolidando la idea de que el centrista sigue siendo un pilar en la estrategia del Elíseo.

La portavoz gubernamental, Sofí Primas, trasladó a los medios que Macron no solo ratificó su confianza en Bayrou, sino que también apeló directamente a la responsabilidad de todos los partidos políticos. En un clima enrarecido por la discusión presupuestaria y la presión de la oposición, el presidente instó a dejar de lado las disputas partidistas y trabajar por la estabilidad del país.

El gesto de Macron no es menor. La figura de Bayrou ha estado en el centro del debate, con críticas y dudas sobre su capacidad de liderazgo en medio de un Parlamento dividido y con escasos márgenes de maniobra. Reafirmar su rol en este contexto equivale a un intento de blindar al gobierno frente a nuevas turbulencias.

Los próximos días serán decisivos. Francia necesita cerrar acuerdos para avanzar en su plan económico y contener una deuda pública que preocupa en Bruselas y en los mercados internacionales. De momento, el respaldo presidencial busca ofrecer calma, tanto a los aliados políticos como a los ciudadanos que siguen con preocupación el devenir de esta crisis.

Con este movimiento, Macron envía una señal de continuidad: el Ejecutivo seguirá trabajando y no contempla escenarios de derrota anticipada. El tiempo dirá si esta muestra de unidad logra frenar las tensiones o si, por el contrario, la presión parlamentaria acabará marcando el rumbo del gobierno.