Oriente Medio decide si acepta o rechaza el plan de paz de Washington

Hamas tendrá “dos o tres días” para responder al plan de Trump

Hamas tendrá “dos o tres días” para responder al plan de Trump - EPA/MOHAMMED SABER

Hamas ha comunicado que necesita “a lo sumo dos o tres días” para emitir su respuesta al ambicioso plan de paz que Donald Trump presentó como solución al conflicto con Israel. La tensión crece a medida que las peticiones para que el grupo acepte los términos se intensifican, con especial foco en la cláusula que exige su desarme. En un marco de negociaciones multilaterales y presión diplomática, el rechazo o la demora podrían alterar las reglas del juego en Gaza y más allá.

Cuando Donald Trump expuso su propuesta de resolución para el conflicto en Gaza, advirtió que el tiempo para que Hamas respondiera era limitado. Aquel plan —presentado como un esquema de veinte puntos— exige medidas drásticas, entre ellas el desarme completo de Hamas, la liberación simultánea de los rehenes y prisioneros, y la delegación del gobierno del enclave a una autoridad tecnocrática internacional.

Hamas ha reconocido públicamente que evalúa la oferta, pero con cautela: sus líderes han discutido ajustes en los borradores, particularmente en lo que concierne al desarme. También han consultado con Turquía, Egipto y Qatar, que actúan como mediadores en la región y poseen canales de comunicación con el movimiento. Algunos analistas interpretan ese movimiento como una estrategia para ganar tiempo y explorar alternativas.

Trump, por su parte, fijó un plazo de “tres o cuatro días” para que Hamas acepte el plan o encare “un final muy triste”. Esa advertencia sugiere que EE.UU. e Israel no concederán extensiones significativas, y presionan para que el grupo se pronuncie pronto. Israel respaldó la propuesta con condiciones: una retirada gradual pero supervisada y la imposición de un control desmilitarizado sobre Gaza.

Los países mediadores —Qatar, Turquía y Egipto— han intensificado su llamado a Hamas para que dé una respuesta favorable. Según Axios, esas naciones advierten que la oferta es la mejor que el grupo podría conseguir y que rechazarlas podría debilitar su posición negociadora. El problema: para Hamas, aceptar algo que implique renunciar a su fuerza militar puede interpretarse como un suicidio político. Según fuentes citadas por The Jerusalem Post, es muy probable que el grupo termine rechazando el plan, pues lo ve como un guion diseñado en beneficio de Israel y no del proyecto palestino.

En medio de esta tensión, se multiplican los escenarios posibles. Si Hamas responde favorablemente con reservas menores, podría abrirse una ventana de tregua y reconstrucción controlada por actores internacionales. Si rechaza el plan, es probable que Israel retome operaciones militares con fuerza, consciente de que el margen de maniobra diplomática se estrecha. Y si retrasa su decisión sin justificarlo adecuadamente, podría perder buena parte de su legitimidad ante sus propios simpatizantes y aliados regionales.

El pulso ha comenzado, y el reloj diplomático corre. Lo que hoy parece esperar sólo unas horas, podría definir el destino de Gaza, de la resistencia palestina y del equilibrio estratégico en Oriente Medio.