La tensión continúa: Israel afirma eliminar dos operativos de Hezbolá en Líbano

El IDF aniquila a dos líderes de Hezbolá en ataques sorpresa

El IDF aniquila a dos líderes de Hezbolá en ataques sorpresa - EPA/ATEF SAFADI

En una nueva escalada del conflicto entre Israel y Hezbolá, las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF) han confirmado la muerte de dos operativos del grupo miliciano en el sur del Líbano. Según el ejército israelí, los blancos eran responsables de operaciones militares y de reactivación de infraestructuras terroristas. A pesar del alto el fuego vigente desde noviembre de 2024, esta acción subraya la fragilidad de las treguas y el telón de fondo de una lucha que no cede terreno.

En un giro violento que reafirma la capacidad ofensiva de Israel aun dentro de un marco de tregua parcial, el IDF anunció este martes la eliminación de dos miembros de Hezbolá en el sur del Líbano. La operación fue coordinada por la 91.ª División y ejecutada con apoyo aéreo, centrada en zonas estratégicas como Deir Ammas y Zibqin.

El primero de los abatidos fue identificado como Mahmoud Ali Issa, supuesto enlace local del grupo en la aldea de Kafra, a quien el ejército israelí acusa de gestionar recursos financieros y militares, así como de hacerse con propiedades privadas para fines operacionales. El segundo objetivo fue abatido mientras operaba un vehículo de ingeniería —posiblemente reactivando estructuras tácticas de Hezbolá— en la región de Zibqin.

Estas muertes se suman a otro golpe reciente: el lunes fue confirmado el asesinato de Hasan Ali Jamil Atwi, figura clave en la unidad de defensa aérea de Hezbolá, quien fue abatido junto a su esposa en la zona de Nabatieh. Atwi, según declaraciones del IDF, mantenía conexiones con líderes en Irán y desempeñaba un papel central en rearmar el aparato aéreo del grupo.

La continuidad de estas operaciones pone de manifiesto que el llamado alto el fuego negociado en noviembre de 2024, destinado a detener meses de bombardeos cruzados, está lejos de garantizar una paz duradera. Israel ha denunciado que Hezbolá persiste en violar los términos del acuerdo, reconstruyendo infraestructura militar y manteniendo fuerzas listas para retomar el combate.

Por su parte, Líbano vive una creciente presión interna e internacional para desarmar al grupo chií. El ejército libanés ha elaborado planes para asumir el control del sur, mientras que EE. UU. acaba de prometer 230 millones de dólares en ayuda militar para fortalecer las fuerzas estatales frente al desafío de Hezbolá.

Sin embargo, la escalada tiene un rostro humano: desde la firma del cese al fuego, más de 100 civiles libaneses han fallecido en bombardeos israelíes, según la ONU, poniendo de relieve el alto riesgo que enfrentan comunidades civiles atrapadas entre los frentes.

Este nuevo episodio de enfrentamientos confirma que el conflicto israelí-hezbolá se encuentra en una permanente fase de simmering war: aunque sin grandes ofensivas terrestres, los ataques aéreos y las operaciones especiales continúan redefiniendo el balance de poder en la región. Para Hezbolá, cada baja representa un duro revés; para Israel, la continuación de una política que busca debilitar al adversario incluso en plena tregua. Para la población civil y los Estados vecinos, la pregunta sigue siendo cuándo la llama del próximo enfrentamiento se avivará nuevamente.