Tensión geopolítica en el Caribe

Irán respalda a Maduro y denuncia la intervención de Estados Unidos

La República Islámica se posiciona junto a Venezuela frente a la creciente presión de Washington, que ha elevado la recompensa por la captura de Nicolás Maduro y despliega buques de guerra en la región. Teherán acusa a EE.UU. de violar la Carta de Naciones Unidas y advierte de una amenaza directa a la paz en el Caribe.

La crisis venezolana vuelve a ocupar el foco internacional tras las últimas acciones de la administración Trump contra el presidente Nicolás Maduro. Washington ha decidido elevar a 50 millones de dólares la recompensa por su arresto, acusándole de estar vinculado al tráfico de drogas, y ha ordenado el envío de destructores de misiles Aegis hacia aguas cercanas a Venezuela, en un gesto de clara presión militar. Además, varios medios apuntan a que hasta 4.000 infantes de marina podrían ser desplegados en la región para reforzar la presencia estadounidense.

Frente a este escenario, Irán ha alzado la voz en defensa de Caracas. El Ministerio de Relaciones Exteriores iraní ha denunciado las acciones de Estados Unidos como un ejemplo más de “políticas intervencionistas e ilegales” y ha subrayado que tales medidas constituyen una violación explícita de la Carta de Naciones Unidas. En particular, Teherán señala la cláusula 4 del artículo 2, que prohíbe el uso de la fuerza contra estados soberanos.

El apoyo iraní no se ha limitado a una declaración diplomática. En su comunicado, el gobierno persa ha reafirmado su solidaridad con Venezuela y ha instado a la ONU a intervenir de manera inmediata para evitar lo que califican como “una situación potencialmente peligrosa que amenaza la paz en el Caribe”.

En paralelo, Maduro ha respondido a los movimientos militares de Washington con el despliegue de fuerzas paramilitares, buscando reforzar la imagen de resistencia y soberanía nacional frente a lo que percibe como una amenaza directa. El clima de confrontación escala así un peldaño más en la ya complicada relación entre Caracas y Washington, que lleva años marcada por sanciones, acusaciones cruzadas y tensiones diplomáticas.

El pulso geopolítico entre Estados Unidos, Venezuela e Irán pone de manifiesto cómo la situación venezolana trasciende sus fronteras y se convierte en un tablero donde confluyen intereses globales. La comunidad internacional observa con atención, mientras la estabilidad regional se ve cada vez más comprometida por la escalada de declaraciones y despliegues militares.